A LA PILETA DEL GANSO

Por el tiempo transcurrido
en el lugar de descanso
testimonio de lo que ha oído
es la pileta del ganso.

 

 

Del ayer su imagen queda
cual un hito de esplendor
hace tiempo da candor
de que estaba en la Alameda.
En tal zona que aún queda
Presenció hasta lo indebido
al gran líder sin sentido
con promesa descarada,
pero hoy día es olvidada
por el tiempo transcurrido.
II
Frente a su calma aparente
hubo asalto en pleno día
pues no faltó el sin valía
de muy oscura vertiente.
Más hubo el niño inocente
Luciendo del todo manso
gozaba del fiel remanso
mientras la madre observaba,
es que muy atenta estaba
en el lugar de descanso.
III
En sus bancas atrayentes
y arboleda de verdad
observó en la oscuridad
los besos de adolescentes.
Avezados pretendientes
que de amor hacían nido
o el negociado indebido
cuyo dolo consolida,
siendo por años de vida
testimonio de lo que ha oído.
IV
Ha escuchado de lectores
conceptos de arte y cultura
o del músico de altura
sus notas de las mejores.
El artista de colores
que nunca dice – me canso –
ni tampoco expresa – transo –
al ego del oponente,
pues un mudo confidente
es la pileta del ganso.
V
Hoy cerca a la catedral
de lejos se le divisa
y de gente que va a misa
sabe todo en general.
Ve la asistencia cabal
bajo un pleno atardecer
a bellezas por doquier
en lo que su ojo recrea,
hay noches que hasta aletea
por curvilínea mujer.
VI
Se ha aprendido los sermones
de moral y desenfrenos
y todos marchen serenos
sin aceptar vacilones.
Más afuera hay las acciones
vistiendo de bruma al día
el ave que es el vigía
en su mutismo se ampara,
Dios mío si un día hablara
¡Qué cosa no más diría!
 

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