Al ser tu morada el cielo
Donde haces gala de euforia
En razón a noble anhelo
¡QUE DIOS TE ACOJA EN SU GLORIA!
Desde el día que partiste
Se te extraña noche y día
Es que tú eras la alegría
Que con tu esencia nos diste.
Más del tiempo que te fuiste
Ya no hay un as de tu vuelo
Lo que prima es desconsuelo
Pues tu ausencia es singular,
Pero hay dicha sin dudar
AL SER TU MORADA EL CIELO.
II
Es una ley de la vida
Pero muy pronto ocurrió
Tu latido se opacó
Lo que por nada se olvida.
Fue muy triste despedida
Que hay fecha recordatoria
Más está seca la noria
La que tu ponías alma,
hoy al edén le das calma
DONDE HACES GALA DE EUFORIA.
III
Continua la existencia
Mientras siempre se te evoca
Y tu sentido se enfoca
Con toda su efervescencia.
Impactaba tu presencia
Sin el mínimo recelo
Mas hoy existe el desvelo
Que el sufrimiento se anida,
Pues dedicaste tu vida
EN RAZÓN A NOBLE ANHELO.
IV
En nosotros vas presente
Pues llegaste al corazón
Y brindabas tu emoción
Por tu grato don de gente.
El recuerdo es permanente
Estás vivo en la memoria
es que ajerno a vanagloria
Ya no hay tus presentaciones,
cual un premio a tus acciones
¡QUE DIOS TE ACOJA EN SU GLORIA!
V
Hoy reposas en tu tierra
Tu CHINCHA de inspiración
Que la amaste con pasión
Y que en tu pecho se aferra.
Más el dolor no se entierra
ante el hecho inentendible
al ser algo inconcebible
Has dejado pleno estío,
en tu suelo hay un vacío
POR TU MARCHA INCOMPRESIBLE.
VI
Felipe en tu firmamento
tengas todo leal encanto
cuidándote el Padre Santo
Pues merece tu talento.
Irradia tu sentimiento
Y danos norte feraz
brindando entorno solaz
A lo largo del camino,
en el espacio divino
¡QUE NUNCA TE FALTE PAZ!