De tu mirada candente
a mi otoño dale un haz
necesito el fuego ardiente
en mi horizonte solaz.
Siendo mujer adorable
por tan mágica belleza
tu vibrante sutileza
da horizonte incomparable.
Una aurora inmarchitable
en paisaje diferente
y ansío en cálida fuente
ser una parte entre tanto,
compartiéndome el encanto
de tu mirada candente.
II
Te veo lejana hoy día
pero no vas tan distante
que a tu espíritu fragante
la daré brillante vía.
Ven con tu fuerza bravía
y el embrujo de tu faz
de tu paisaje feraz
perfumando igual que flor,
más de tu hoguera interior
a mi otoño dale un haz.
III
Existo sin corolario
tan solo a merced del viento
y no más que mi talento
es conmigo solidario.
Por eso a mí ven a diario
con tu brisa incandescente
sin que intervenga el poniente
me irradies sentida calma,
contra frigidez de mi alma
necesito el fuego ardiente.
IV
Necesaria es tu presencia
como el agua en el desierto
si confundido despierto
sin la euforia de tu esencia.
Mi abandono me sentencia
melancolía voraz
y una tristeza falaz
se apaga sin tu fervor,
me hace falta tu esplendor
en mi horizonte solaz.
V
Voy por tanto tras el fuego
de tu mirada hechicera
donde nace primavera
a la que mi vida entrego.
Considero nada es juego
encierra sutil verdad
te adoro bella deidad
por tu espíritu fraterno,
más no quisiera el invierno
en mi oscura soledad.
VI
Se torna desesperante
convivir sin tu presencia
me falta tu efervescencia
para seguir adelante.
Bajo entorno deleitante
ver tu espacio sideral
y sentir tu divinal
derrotero de furor,
si requiero tu candor
de alborada matinal.