ESCLAVO DE SU RUTINA

El que en una patria vive
ajeno a su exquisitez
No hay nada que lo motive
¡POR SU VANA CALIDEZ!

Mecánicamente actúa
Quien todo lo ve dinero
Y en ese afán placentero
Su ignominia la acentúa.
El tacaño no evalúa
Lo que su entraña se exhibe
Incluso el mismo se inhibe
De un sentir maravilloso,
Si debe ser hacendoso
EL QUE EN UNA PATRIA VIVE.

II

De su lar  se va al trabajo
Y de tal sitio a la casa
Que  el tedio va que rebasa
Por su continuo relajo.
No supera el altibajo
Denota desfachatez
Y sin más intrepidez
A su latido lo  embrolla,
Y su tiempo desarrolla
AJENO A SU EXQUISITEZ.

III

En la noche llega el sueño
Previo ver televisión
O chatear por diversión
Y al WhatsApp  ponerle empeño.
De su espacio no es ni dueño
Ni a  su  aroma   lo percibe
SI a lo bello se prohíbe
Más del campo, su fragancia,
Y al  no brindarle importancia
NO HAY NADA QUE LO MOTIVE.

En el seno del hogar
Solo se habla  de labores
o de algunos resquemores
que repiten sin cesar.
No hay la armonía sin par
Y entendimiento a la vez
Ni tampoco solidez
Donde la calma es adorno,
E irradia frágil entorno
¡POR SU VANA CALIDEZ!

V

Al concluir la semana
Solo duermen hasta tarde
Y ninguno hace alarde
De mostrar esencia humana.
Elegir ruta galana
Con afecto desprendido
En el valle confundido
Y de paso ni camina,
Y lo absorbe su rutina
DE COTIDIANO SENTIDO.

VI

En ser puntual pensionista
Y no ver nortes prolijos
Se olvida hasta de los hijos
Y la dicha no conquista.
No falta quien se enemista
Por la inconsciente ambición
Y desvía su misión
Por el vasto oportunismo,
Y de tanto hacer lo mismo
¡A NADA ENCUENTRA RAZÓN!

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