De que anuncia su venida
al ser fruto del amor
premeditan el fervor
y felicidad convida.
El surgir de nueva vida
da un panorama brillante
esperándolo al instante
siendo al fin momento cumbre,
para el alma es la fiel lumbre
por dar su vibra el infante.
II
Su llegada marca un hito
sea hombre o real mujer
y el afecto por doquier
es albor del infinito.
Se convierte en todo un rito
su presencia en el lugar
entre arrullos sin cesar
simpatía luce innato,
genera un ambiente grato
de alegría singular.
III
El criarlo es novedad
al ser ángel esperado
hasta un trono se ha ganado
si es dotado de bondad.
Cimenta amabilidad
y en el núcleo es lo importante
más su espíritu fragante
a la entraña la potencia,
por desbordante inocencia
crea un mundo fascinante.
IV
Resulta herencia valiosa
por ser la joya divina
y al dar ruta cristalina
forja paz maravillosa.
Frente a experiencia preciosa
al ser reflejo ejemplar
noble dicha sin cesar
simboliza su candor,
es lo más encantador
en la esencia del hogar.
V
Da armonía su latido
ya no hay silencio en el orbe
y el real espacio lo absorbe
al dar futuro encendido.
Desde el día que ha nacido
hay furor de que amanece
el sentimiento más crece
pues despeja noches puras,
a pesar de travesuras
se le extraña cuando crece.
VI
El niño es consumación
por sueño del ser humano
que en memoria al soberano
es del cielo una expresión.
Simboliza proyección
de la familia a la vez
y al despertar solidez
crea un mundo de colores,
cuando llegan mayores
se le evoca su niñez.