Entre la persona ganadora y el de éxito hay una marcada diferencia si es que todo se cataloga en relación con el dinero.
El oro se puede obtener con el trabajo según sus conocimientos. O de una manera rápida mediante negocios turbios que colocan al ser al margen de la ley. Es lo que más predomina en la actualidad por que el fin solo es la obtención del billete y poco importa cómo ni de dónde viene. Da la impresión que la riqueza es la única meta de una gran cantidad de personas por la cual hacen hasta lo imposible por ser individuos adinerados. En el desarrollo económico del ser interviene, el conocimiento, la vocación y el afán de servicio. A la astucia también se le da espacio cuando a la persona le gusta todo lo fácil. También son muy importantes las oportunidades que brinda el Estado y sus autoridades permitiendo que el ser se desarrolle según su especialidad. Pues qué se gana, si hay dinero, sapiencia y buenas intenciones. Si la obtención de trabajo, o anuncios de buena pro se hace previos exámenes o calificación totalmente amañados en la cual ya de antemano se sabe quién ocupará el primer puesto. Éxito es logro obtenido, el sitial, por el desarrollo único de facultades cognoscitivas, atributos en el arte integral, científico, económico y social. En este rubro se consignan innovaciones, invenciones, transformaciones y todos los aportes que tiene que ver con la creatividad. El que marca diferencia es una persona exitosa. En este sentido el ganador es el que triunfa en una competencia, concluye un proyecto, una carrera, logra un sueño, más si comparte los frutos obtenidos; se logra el umbral de la excelencia. Más puede haber una persona exitosa o ganadora pero que no tiene dinero en cantidades. Es que la obtención del billete sino refleja talento, es de no clara procedencia. En este sentido la profesión, o habilidad que se tenga, es muy posible que no satisfaga nuestras necesidades. Al no haber ni las posibilidades de practicar para mejorar la calidad operativa, ni el apoyo para generar empresa. Solamente queda emigrar hacia grandes ciudades donde también la competencia es mayor. Más quedarse en el mismo lugar de origen es solamente para ser empleado de los que sí fueron beneficiados por los dueños del poder. En realidad las capacidades humanas han pasado a segundo plano en estos tiempos de crisis y caos interminable. Inclusive trabajar para los Gobiernos Regionales, Municipios o entidades relacionados con ellos, hay que ser partidario, haber apoyado en la campaña, ser recomendado, tener familiares de peso. O ser quien le levanta la imagen al que ocupa un escaño de importancia. No es una regla general pero ocurre. Ante este panorama incierto, elevar la bandera de la realización es difícil. Los únicos que serán capaces de cambiar la situación será cuando los jóvenes de hoy muy conscientes de su rol sobre la faz de la tierra, llegue al gobierno y con nueva mentalidad tomen las riendas del país. Mientras tanto hay que seguir firme en la lucha, pisando tierra con firmeza, sin dejarse llevar por los que venden sueños, tratando de ser el mejor en la ocupación que uno tiene, en todo el sentido de la palabra, laborando siempre con fe, bajo el amor y la paz, mientras se llevan la mejor parte los que son buenos para nada.