Por ser madre sin fronteras
de un humanismo total
al dar rutas verdaderas
fue de esencia divinal.
Con tu cariño sutil
delegaste un mundo nuevo
a confirmarlo me atrevo
al dar lumbre tu candil.
Tu simpático perfil
irradiaba primaveras
y venciendo las barreras
se alejó la incertidumbre,
del alma tu eras fiel lumbre
por ser madre sin fronteras.
II
Tu sonrisa era el ungüento
para el alma adolorida
que toda la fe perdida
regresaba con tu aliento.
Leías el pensamiento
tras intuición maternal
y con fuerza sideral
eras astro que acrisola,
derrochabas bella aureola
de un humanismo total.
III
Por eterna tu alegría
y tu palabra afectuosa
perfumabas como rosa
trasmitiendo tu armonía.
Delegabas melodía
ante efímeras quimeras
a las brumas mañaneras
le quitabas fundamento,
del entorno eras aliento
al dar rutas verdaderas.
IV
Frente huellas del dolor
dabas aires de consuelo
cristalizando el anhelo
hacia espacios de candor.
De tus fuentes el furor
bajo un orbe sideral
con tu magia celestial
lucías aura de esteta,
es que tu frágil silueta
fue de esencia divinal.
V
Velabas por la salud
de una manera total
y con paciencia vital
denotabas fiel virtud.
Relucías aptitud
con tu voz en sinfonía
compartiendo la ambrosía
realizabas tu papel,
en tu regazo de miel
la primavera nacía.
VI
Hoy lo que fue nuestro nido
solo hay silencio y pesar
a tu imagen singular
siempre evoco compungido.
Por afecto desmedido
rememoro soberanos
tus sentimientos galanos
que me daban placidez,
extraño la calidez
de tus edénicas manos.
2017-03-22