Al pasar a la otra vida
en lejana dimensión
Me das aureola encendida
¡DE TU DIVINA MANSIÓN!
Existir es mi tormento
sin un haz de tu presencia
y es que tú eras consistencia
Ante un cruel padecimiento.
Sin tanto apasionamiento
Motivabas fe perdida
Y sin el alma vencida
Dabas ruta a lo que soy,
Y en abandono no estoy
AL PASAR A LA OTRA VIDA.
II
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Eras diaria consejera
Con tu palabra elocuente
Y a mí sólida cimiente
Le ofrendabas primavera.
Por su carisma sincera
Y tú santa devoción
Buscabas la comunión
Aunando le pensamiento
Y hoy nos das tu fiel aliento
¡DE TU DIVINA MANSIÓN!
V
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Tu palabra era mensaje
Muy directo al corazón
Y ofrendabas emoción
Con tu materno bagaje.
Cual un cálido paisaje
Dabas rumbo a la ilusión
Y afloraba tu gran don
Ante las sendas marchitas,
Y en espíritu hoy habitas
EN LEJANA DIMENSIÓN.
III
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Hablabas con la razón
Y feraz entendimiento
Pues denotabas talento
En brillante proporción.
Palpitaba la canción
En tus íntimas acciones
E irradiabas vibraciones
De tu dulce pensamiento,
Y apoyas sutil intento
EN VISIBLES CREACIONES.
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A las mínimas acciones
Le dabas valoración
Y con materna visión
Construías proyección.
Respetabas tu misión
Como tú euforia desprendida
Y con fiel arremetida
Luchabas forjando un hito,
Y hoy con poder bendito
ME DAS AUREOLA ENCENDIDA.
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Eras fuente de alegría
Por tu ecuanimidad
Y emitías calidad
Toda plena de ambrosía.
Al ser fu fuerza bravía
De acuerdo a la realidad
Ofrecías equidad
Según apacibles modos,
Y eras la madre de todos
¡POR TU INFINITA BONDAD!
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2017-01-04
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