Todos los seres humanos en igual, menor o mayor proporción tienen los atributos suficientes como para ser ganadores de acuerdo a su afán de trascendencia y seguros de su rol sobre la faz de la tierra.
Si desde el hogar, en tiempos de niñez, es parte del culto a los valores humanos, está diseñando desde temprana edad el derrotero a la gloria. Es que en realidad la profesionalización si es a conciencia y el fin es el servir sin esperar recompensa; solo permite un desempeño eficiente en la carrera estudiada. La conducta de la persona está supeditada al cultivo del espíritu dentro de un ámbito de positivismo muy ajeno a la egolatría, ambición y mezquindad en el entorno familiar. La fuerza de voluntad, integridad, honradez, humildad, perseverancia y fe, permiten visualizar un mundo acogedor, pleno de esperanzas en la consumación de sueños, anhelos y metas. Además para ser un hombre sin límites, ni barreras mentales, adalid del desarrollo y crecimiento, generador de más bondades cognoscitivas y de maravillosa inspiración es preciso que ocupen un espacio en la vida los siguientes puntos de vista.
APRENDER.- Según la vocación o innatismo, hacer acopio de conocimientos de reales y comprobadas fuentes de sabiduría, con honestidad en toda la extensión de la palabra, y en pos de un futuro prometedor para que la persona tenga la capacidad de solucionar de una vez por todas, los eternos problemas que más aquejan a la localidad donde se desarrolla la existencia.
CREATIVIDAD.- En base a la investigación científica, con ahínco y pretensión de un cambio sostenido, obtener más sapiencia con el objetivo que el saber desempeñe una función social delegando un horizonte de solaz esparcimiento y agradable al cotidiano existir. De ser así, se podrá construir más rutas de desarrollo político social, económico en aras de buscar el bienestar general y mejor calidad de vida de toda la colectividad.
ECUANIMIDAD.- De la cordura del ser, su proyección social, su forma de encarar el acontecer de variadas situaciones, su manera de actuar y afrontar las peripecias del diario vivir, depende el desarrollo personal del ser. Por tal motivo debe estar totalmente de acuerdo y en concordancia a los cánones de la normalidad, ecuanimidad, cordura y mesura de las grandes mayorías. De esta forma cada ser será un auténtico promotor de la imagen que debe tener la persona ganadora.
COMODIDAD.- Generar con trabajo, ingenio y destreza una estabilidad económica de tal manera que permita una vivencia sin necesidades y de acuerdo al momento actual, respetando las tradiciones y costumbres; dentro de una modernidad; con una aparente holgura en la cual tenga las facilidades para trascender en el tiempo y el espacio que por ley y derecho le corresponde.
COMPARTIR.- Avanzar por el camino de la vida, cosechando riqueza con labor afectiva dentro de la justicia y la paz, disfrutando en familia y haciendo partícipe de los éxitos de manera singular con quienes se lo merecen por méritos propios.
Todo es posible en el ser en aras de crear una nueva sociedad digna de ser habitada en todo su esplendor. Mas tener en cuenta que vivir es adquirir sabiduría, proyectar esa sapiencia al infinito, acrecentar el saber hasta en lejanas latitudes, cubrir necesidades vitales y especiales en pos de la dicha plena, alegrarse con el triunfo ajeno, hacer mutuo con los demás el aplauso recibido por el pódium logrado y disfrutar hasta de lo más mínimo de lo que se tiene. De tal manera que si hay que volver los ojos a Dios, se emprende el viaje sin retorno con la satisfacción del deber cumplido, en vista que nada pos llevamos a la dimensión del silencio, todo se queda en la tierra.
Exitoso es el consciente de sí mismo que posee sabiduría, depara rutas de crecimiento y desarrollo para la colectividad, alberga en su ser empatía, proactividad, asertividad, objetivos comunes y trabaja en equipo. No lo es el que tiene fabulosas cuentas bancarias, propiedades y domina las esferas sociales por su poder económico. Sólo es un millonario cuyo afán de grandeza gira en torno al dinero pero carente de humanidad. La ambición por el saber y dar ayuda sin interés, debe ser el máximo límite del ser humano de tal manera que deje huellas de su paso por la tierra y no quede la sensación de haber vivido en vano.
El mundo es el teatro universal en la cual se desarrollan las más trágicas acciones. Hay una pugna terrible por ser el único ganador y un miedo aterrador de terminar perdedor. Por tal motivo el hombre no debe ser el actor principal de la farsa sin final. Más bien aprender a ser el espectador que de lo alto de la platea observa todo lo que ocurre sin formar parte de la triste comedia. Tratar de crear un nuevo repertorio en la cual se propenda la unidad con visión planetaria, pleno de equidad, justicia y paz.
Más hay que tener paciencia y saber esperar porque nada viene de golpe o de un momento a otro. El surgimiento del ser hacia escenarios de ventura debe ser por méritos propios y no formando cofradías o núcleos cerrados en la cual solo hay acceso a los que tienen el mismo pensamiento egoísta de querer todo para ellos solamente. Los apoyos por familiaridad, el amiguismo, la felonía, el servilismo por medio del cual se acapara los ingresos económicos es una forma de avaricia que por el daño que hace a las aspiraciones de la consecución de umbrales de victoria es una de las peores lacras sociales de los grupos humanos y que no debe existir. Se debe valorar la intelectualidad del ser en toda su expresión y en completa imparcialidad para que florezca el talento en todo su esplendor sin caer en la corrupción que nubla las aspiraciones de los verdaderos líderes que se adelantan a su época con innovaciones . Aparte de ello, para consumar todo lo que se propone no es suficiente el querer ser. Tiene un rol preponderante y fundamental en la cristalización de logros personales, nuestras autoridades con sentido humanista, elegidas por el voto popular, quienes con políticas visionarias y estrategias efectivas, deben dar las oportunidades precisas y necesarias de manera imparcial para que el futuro adalid de realizaciones terrenales encuentre terreno fértil y puedan crecer cual árbol frondoso de la libertad y sus ramas sin cadenas apunten hacia las estrellas.
