Una tarde frente al mar
Sobre la candente arena
dulce brisa tan serena
Llega a mi alma sin cesar.
Lo que fue mi añejo hogar
Su latir no sepultado
Vuelve un instante a mi lado
Que me deja pensativo,
Me hace ver que a diario vivo
AL EVOCAR EL PASADO.

                              II

El rubor de enamorada
De aquella chica sonriente
Llega cual rayo a mi mente
Luego todo queda en nada.
Una mañana encantada
El paisaje idolatrado
Y si estoy más concentrado
Me hace vibrar de emoción,
por magnífica visión
EL AYER NUNCA OLVIDADO.

                            IV

El aroma de una huerta
El cantar del ave en celo
Esa imagen de su vuelo
A mi espíritu despierta.
La ardiente playa desierta
A mis sueños reverdece
Y mi aureola hasta se crece
Ante el antiguo legado,
Y lo que siempre adorado
EN UN SEGUNDO APARECE.

La voz de seres queridos
Que ya están  en otro mundo
Como un eco furibundo
Llega claro mis oídos.
Son muchos rastros perdidos
Que mi existencia adolece
A mi entraña lo engrandece
Y origina inspiración,
Siento viva su expresión
¡PERO SE DESAPARECE!