Entre maldad y codicia
Si da espacio a la arrogancia
No depara tierna albricia
¡POR LUCIR SU PETULANCIA!
Hay quien solo se valora
Sin tener las cualidades
Y se inventa las bondades
No más por marcar la hora.
Más como nada atesora
Jamás irradia una albricia
Y por mínima pericia
El mismo ni se regula,
Y es que el mediocre circula
ENTRE MALDAD Y CODICIA.
II
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Si logra más graduaciones
Se considera excelente
Más ajeno al don de gente
Solo irradia imposiciones.
Sin veraces proyecciones
Al ser falto de constancia
Se dedica a la observancia
Pero es nulo de cordura,
Y no denota mesura
¡POR LUCIR SU PETULANCIA!
V
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Se gasta tantos honores
Sin llegar a merecerlo
Por eso no más de verlo
siempre irradia resquemores.
Algunos le arrojan flores
Y se llena de jactancia
Pero al no tener fragancia
Es cual rosa sin olor,
Y no es nada creador
SI DA ESPACIO A LA ARROGANCIA.
III
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En algún sitio lo admiten
Poe extraño en absoluto
Y así sea resoluto
Por interés lo permiten.
Sus palabras no repiten
Por contenido inconsciente
Y al saber de su vertiente
Lo señala al causar males,
Y el necio sin más caudales
ES CREIDO SOLAMENTE.
VI
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Si llega a profesional
Se considera importante
Más sin dar paso fragante
No trasmite un ideal.
Al demostrar sin final
Su orgullo que hasta desquicia
por actuar con vil malicia
No vislumbra proyección
Y por su escasa razón
NO DEPARA TIERNA ALBRICIA.
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Con seres de esa calaña
cualquier país va al fracaso
pues tan solo busca al paso
sembrarle al justo cizaña
Es feliz si acaso daña
Por su cruel antagonismo
Y honrando a su parcialismo
Es no más que un infecundo,
más distinto fuera el mundo
¡SI NO HUBIERA SU EGOÍSMO!
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2016-09-01
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