Ojala que la persona que llegue a ser Presidente de la República. Además de las promesas vertidas. De una vez por todas, pleno de humanismo y desprendimiento, analice profundamente y se le dé una salida apropiada al problema que ya se ha hecho crónico y hasta irremediable: Ia cultura de nuestra nación y especialmente el arte.
Es un espacio vital que a través del tiempo y el espacio muchos se han comprometido en prestarle la atención que se merece, pero todo quedó en nada. Como dice un reflexivo valse criollo “hablar no cuesta nada, difícil es cumplir”. Por tal motivo todo sigue en fojas cero sin que nadie retome la posta y se prosiga rumbo a las estrellas. El problema es conocido y lo sabe el común de las personas. Existe creatividad artística en todas las regiones nacionales. Hasta en los rincones más alejados de nuestro amado Perú. Más es menester de cada ser humano, habiendo el atributo, ya sea por herencia, por el saber académico, o innatismo; cristalizar sus ideales de realización a través de la poesía, narración, teatro, cine, Instrumentación, percusión, canto, declamación, etc. Ocurre que por la escasez de trabajo, o por muy poco que se gana, o simplemente el artista es un desocupado. No está en condiciones de dar a conocer sus virtudes y vivir de ello cómodamente. Es que si alguien se aventura a brindar algo de su heredad, así este prendado de genialidad, muy poco se vende y fracasa el autor si hace una inversión pensando que lo va a recuperar con las ventas. Ahí está el verdadero problema. El dotado del poder de la inventiva no tiene respaldo de nadie. Si es invitado a que participe en algún lugar lejano al que habita, no puede viajar por sus mínimos ingresos porque nadie lo apoya y si es al extranjero, ir es realmente un sueño total. Al no codearse con colegas de otras latitudes, donde hay diversidad de motivos de inspiración, estilos, propuestas, innovaciones y modernidad. El baluarte local sigue en lo mismo y si progresa y sobresale es solamente porque Dios es grande. Más bien en otros países vecinos si tienen en el Estado o en sus Ministerios, toda una legislación que vela por su bienestar y le da viabilidad a sus proyectos de arte que pretenden la difusión del mismo. Es que son conscientes que sus propuestas influyen directamente en la formación física, social y espiritual de la especie humana y el que vive bajo esa bella aurora se convierte en un real mensajero del amor y la paz. Nadie quiere que le regalen o que vivan gratis, sino que solamente haya instituciones que perennicen sus ofrendas en bien del pueblo y como contraprestación a su servicio, tenga oportunidades de trabajo en su especialidad, Tan igual como lo tienen aquellas personas que sin haberle ganado a nadie no les falta un puesto laboral. La equidad debe imponerse y habrá un pan para todos en completa igualdad. Más si se le da un lugar a jubilados o aquellos que piden licencia donde son nombrados y desempeñan otras labores solamente por ganar más y se les permite; entonces estamos retrocediendo y menospreciando al auténtico valor que si aporta con su talento al desarrollo cultural de la región y por ende del país.