Goza de su libertad
en simpáticas acciones
e inventa sus distracciones
buscando su identidad.
Requiere de la unidad
del hogar maravilloso
y con paso majestuoso
va que prende su candil,
más por su rostro infantil
es un ángel bondadoso.
II
Al fiel entorno hogareño
lo llena con su alegría
e irradia su algarabía
en su horizonte pequeño.
Prosigue su desempeño
con juegos e ingenuidad
y en traviesa potestad
su lenguaje es como un trino,
es como un soplo divino
todo niño por su edad.
III
Así como vino al mundo
con feraz expectativa
merece la estrella viva
del sentimiento fecundo.
Arrullarlo en un segundo
en ambiente esplendoroso
y en un panorama hermoso
brindarle la dicha entera,
un afecto en primavera
para hacerlo generoso.
IV
No se vale por sí mismo
pues de juicio aún carece
por tanto mientras se crece
cuidarlo con optimismo.
Con ferviente dinamismo
bajo completa equidad
adiestrarlo de verdad
generando consistencia,
en honor a la existencia
hay que amarlo de verdad.
V
Desde un momento preciso
debe ser su creación
y no venga de ocasión
en el instante indeciso.
Que tenga techo de inicio
entre un espacio amigable
un cálido lar estable
más no sea marginado,
siendo bien planificado
de manera responsable.
VI
Los niños son el presente
de la patria su futuro
si ajeno al mañana oscuro
se desarrolle su mente.
Tras la sapiencia eminente
encamine con visión
y con vasta protección
generarle blanca esencia
al serlo por su inocencia
una santa bendición.