En el orbe ya es costumbre
Arrimarse al poderoso
Y se torna generoso
Con el ser que le da lumbre.
Más si irradia pesadumbre
A la distancia es su apego
y al marcharse desde luego
un horizonte propone,
Y sus principios impone
AL SER QUIEN BUSCA SOSIEGO.

II

Comulga sus ideales
Sin ceder sus posiciones
Y cumpliendo sus funciones
Sincroniza sus caudales.
Más no hace propio los males
que antepone su visión
Y al realizar su misión
Irradia un norte viril,
Y ni un  instante servil
¡DEL QUE MANDATA A PRESIÓN!

V

Hay quien sigue la rutina
Por gozar de beneficios
Pero origina perjuicios
Si es que al dolo se encamina.
No hay la ruta cristalina
Ni definida visión
Y en eras de promisión
Forja rutas verdaderas,
Y medita sin fronteras
EN LA PAZ DE UNA ILUSIÓN.

III

Nunca falta el comodín
Que da cabida a su gente
Y sin una sabia fuente
Acoge al inepto afín.
Su inercia adorna el  confín
Y nada se soluciona
El problema se amontona
Sin permitir a estrategas,
Y no le obedece a ciegas
QUIEN AL HOMBRE CONDICIONA.

VI

Luce una forma de vida
En completa libertad
Y va entre la sociedad
Que a lo malo dilapida.
Su futuro consolida
Sin nada pedir a ruego
Y al ser más que un brioso lego
Avanza con proyección,
Y si tiene convicción
DENOTA QUE NO ENTRA AL JUEGO

Más el que tiene cariz
Y de sí mismo es consciente
Derrochando un  real torrente
Delega un orbe feliz.
Nunca agacha la cerviz
Pero delega un camino
Y por rumbo cristalino
Del progreso es un  prefacio,
Y crea su propio espacio
¡MUY AJENO DEL MEZQUINO!