Te evoco mujer querida
en mi recuerdo constante
como una estrella encendida
por  mi ruta agonizante.

Por tu mágica presencia
abandoné mis pesares
y cambiaste mis andares
hacia noble convivencia.
Le diste fuego a mi esencia
tras la gloria concedida
al ser quien tu amor convida
me hiciste de entraña fuerte,
que hasta hoy al estar sin verte
te evoco mujer querida.
II
El conquistar a tu  ser
fue divinas bendiciones
al despertar mis pasiones
sentí dicha por doquier.
Diste a mi alma algún placer
y un futuro deslumbrante
es que tú eras fascinante
tan igual que bella flor,
me embriagaba tu candor
en mi recuerdo constante.
III
Me forjaste un derrotero
hacia la dicha a raudales
y sin etapas cruciales
tornó hizo grato mi sendero.
Más al ser que tanto quiero
vino a mí la fe perdida
en increíble estampida
se fueron  mis desengaños,
es que tú eres a mis años
como una estrella encendida.
IV
No forjó hoguera mi afecto
en tu invierno espiritual
más la atracción fue total
pareciéndome perfecto.
Sentí en mi entraña el dialecto
de mujer impresionante
y para mí fue bastante
siendo crónico mi estío,
es que había desvarío
por mi ruta agonizante.
V
De la unión seguí a la  espera
pues me haría muy feliz
sin que hubiera  algún desliz
se terminó la quimera.
No hubo causa verdadera
y yo acepté mi orfandad
ni te exigí la verdad
al ser lo que más adoro,
que si no te rememoro
me invade la soledad.
VI
Cobra fuerza mi obsesión
es que tú eres mi embeleso
si hasta espero tu regreso
a mi triste corazón.
Sé que no hay explicación
pues otro rumbo has tenido
y al saber que te he perdido
sólo me queda soñarte,
que tan sólo el recordarte
hace fértil mi latido.

2015-07-20