Al ser del alma vertiente
El arpegio musical
Es cual mágico torrente
¡POR SOSIEGO DIVINAL!
Por cálida melodía
Las notas del pentagrama
El que sabe lo reclama
Por forjar algarabía.
Calientan la noche fría
En panorama esplendente
Y se hace fresca la fuente
Donde germina la esencia,
Y hasta afina la existencia
AL SER DEL ALMA VERTIENTE.
II
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La risa brota imponente
Si el recuerdo libre aflora
Y el tema que se atesora
Da su encanto de repente.
Goza al fin el ser consciente
Por el trino angelical
Y su legado total
Por doquier es embriagante,
Y un remanso impresionante
¡POR SOSIEGO DIVINAL!
V
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Al derrotar a las penas
Da cabida a la emoción
Y nace la sensación
De las mañanas amenas.
Surgen las tardes serenas
En horizonte especial
Y en espacio terrenal
Se impone ante el ser galano,
Si alimento es del humano
EL ARPEGIO MUSICAL.
III
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La ofrenda del instrumento
Con las giros del cantante
Más la letra impresionante
Irradian grato momento.
Se le destruye al lamento
Se liman las asperezas
Y con fragantes realezas
Se hace más bella la faz,
Es que un arpegio es capaz
DE ELIMINAR LASTRISTEZAS.
VI
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A la nostalgia combate
Borra la melancolía
Y fenece la apatía
Y del tiempo es acicate.
El cuerpo con fuerza late
por vitalicia la mente
y la sangre es luz ardiente
que se turba la razón,
Y al llegar al corazón
ES CUAL MÁGICO TORRENTE.
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Un bue acorde en concierto
Abre puertas del edén
Y DIOS permite también
Que no existe desacierto.
Con el ritmo hasta el desierto
Verdea con fiel bondad
Y se logra calidad
Y un entorno de valía,
Que del espíritu es vía
¡DE ETERNA FELICIDAD!
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2015-05-28
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