Para que haya amor eterno
no basta la adoración
se precisa albor fraterno
con justa valoración.

Así se tenga cordura
nadie nace con pareja
como para andar  sin  queja
al  haber la misma altura.
Lo que en la vida perdura
es un clima sin averno
pues en un mundo moderno
si es del alma, existe unión,
ante todo comprensión
para que haya amor eterno.
II
Adaptándose a conciencia
en razón a las virtudes
origina plenitudes
y precisa coincidencia.
Por eso tal consistencia
nos da la aproximación
generando la atracción
cual si fuera melodía,
pues para que haya armonía
no basta la adoración.
                            III
Poco influye la mansión
o el tener un dineral
un muy cómodo sitial
para que haya comunión.
Lo que lleva a tal visión
es la ausencia del  infierno
y mandar a diario al cuerno
al estado vacilante,
que por siempre a cada instante
se precisa albor fraterno.
IV
Las distintas realidades
más criterios se unifican
si es que ambos no claudican
en juntar diversidades.
Si no existen vanidades
y la mutua integración
va creciendo la pasión
por tan divina constancia,
se logra la concordancia
con justa valoración.
V
Otro igual acercamiento
puede ser sin convicción
o tal vez una ilusión
de algún enamoramiento.
De no ser con buen cimiento
sí de su base adolece
el idilio no florece
y sólo un tiempo perfuma,
al cubrirlo densa bruma
de pronto desaparece.
VI
Si en errores va muriendo
cimentándose  bondades
al adquirir cualidades
la solidez va creciendo.
Del afecto va surgiendo
una tierna intimidad
juntándose de verdad
al final se cristaliza,
pues sólo se perenniza
cuando existe afinidad.

2010-04-05