No te pido amor perfecto
ni opaco tu libertad
cuando es del alma el afecto
solo brinda su bondad.
Como un fresco manantial
es lo nuestro, cristalino
con la armonía de un trino
ya se torna sin final.
En mi entraña doy sitial
a tu mágico dialecto
y a mi paisaje selecto
le das tu aroma fragante,
al ser mi estrella distante
no te pido amor perfecto.
II
No soy dueño de tu vida
ni de un haz de tu futuro
sólo doy aliento puro
a tu fogata encendida.
Ansío en ti encontrar cabida
y muera mi soledad
si eres cura a mi orfandad
por qué vivir como extraños,
pues no he de atarte a mis años
ni opaco tu libertad.
III
Como el cielo nos unió
podrás querer libremente
pero compara fielmente
quién te quiere más que yo.
Si de la entraña nació
con el más sublime efecto
por tanto el rumbo correcto
es buscar felicidad,
que germina afinidad
cuando es del alma el afecto.
IV
A pesar de tu belleza
no me confunden los celos
en lugar de mil desvelos
me da calma tu nobleza.
Acoges en tu grandeza
un aire de majestad
y como grácil deidad
tu mensaje es oración,
más si indeleble es la unión
sólo brinda su bondad.
V
De tu mañana frondoso
ansío ser primavera
y encender la misma hoguera
de candil maravilloso.
De tu edén esplendoroso
quiero borrar el invierno
y ofrendarte albor fraterno
con la vida que he de darte,
cuando ya no pueda amarte
el recordar será eterno.