Lo que un día marcó historia
El olvido  no es total
Con  su energía especial
Sólo dormita en su noria.
Aquellos lauros de gloria
Que sin quererlo regresa
El horizonte sopesa
Y rememora el presente,
Y retornan a la mente
SI SE EVOCA DE SORPRESA.

II

Cada día en este mundo
Lo sucedido se graba
Y si es lo que al fin se amaba
El sentimiento es profundo.
Es un venero fecundo
Por sublime la mujer
Y al  no dar atardecer
El pensamiento da un giro,
Y en la entraña hay un suspiro
¡POR EL AÑEJO PLACER!

V

El más cálido  momento
Que nos llevó hasta el delirio
Aleja todo martirio
Y prodiga buen cimiento.
Se agiganta el sentimiento
Y sonrisas por doquier
Y depara amanecer
Por imborrable la esencia,
Y energizan la existencia
LOS SENDEROS DEL AYER.

III

Lo que se llamó  presente
Se envejeció con los años
Y así fueran desengaños
Dan fulgor resplandeciente.
Tal espacio floreciente
Despierta la algarabía
Y depara una ambrosía
Que en  el alma es como un trino,
Y de otro tiempo el camino
IRRADIA MELANCOLÍA.

VI

La pretérita actitud
Palpita en el orbe interno
Y lo que fuera fraterno
Permanece con virtud.
El fulgor de la actitud
A lo ocurrido lo apresa
Y en el interior ingresa
Con su  aroma tan fragante,
que del pasado un instante
LA NOSTALGIA LLANTO EXPRESA

El hombre conserva un antes
Por inquilino fugaz
Y si el norte era feraz
Son las huellas deslumbrantes.
Al ser más que fascinantes
El futuro consolida
Y  no hay la ruta perdida
Ni el golpe siquiera atroz,
que el infinito hecho  voz
¡AL RECUERDO LE DA VIDA¡