No cubre el fuego mi frío
por inmensa mi orfandad
no aplaca mi sed el río
al vivir en soledad.
Por la ausencia de tu amor
paso una triste condena
por eso es grande mi pena
produciéndome dolor.
Es que tu suave candor
que en un tiempo ha sido mío
hasta borraba el estío
si te llevaba del brazo,
al vivir sin tu regazo
no cubre el fuego mi frio.
II
Voy camino a la deriva
sin gozar de tu furor
y hasta he perdido el color
que a mi existencia motiva.
En mi ruta la diatriba
anula mi potestad
comprendiendo en realidad
no hay nada igual a tus manos,
me pierdo en senderos llanos
por inmensa mi orfandad.
III
Las hermosas estaciones
para mí ya no son bellas
ni tampoco las estrellas
despiertan mis ilusiones.
Vivo ajeno a las pasiones
y casi en nadie confío
de mi desgracia me río
por lo solo que me siento
que por ser perenne sediento
no aplaca mi sed el rio.
IV
me resulta atractivo
ningún día en la semana
y la tristeza más vana
aparece sin motivo.
Voy dejando ser activo
sin mayor prosperidad
ni tengo perpetuidad
y mi optimismo decrece,
mi horizonte se oscurece
al vivir en soledad.
V
A pesar que eras afín
al afecto de mi ser
te fuiste un día mujer
y mi pena va sin fin.
Como anhelo en el confín
ver tu rostro fascinante
abrazándote un instante
sintiéndote siempre mía
es que tú eres más que guía
en mi universo fragante.
