El que tiene sabiduría, conocimiento pedagógico, espiritualidad y entrega, debe delegar una enseñanza, desde el umbral de la experiencia, según lo que ha descubierto, investigado y creado de acuerdo a la modernidad y que por su contundencia puede cimentar el horizonte cognoscitivo del ser.
Además ser un ejemplo de lo que dice y ejercer motivación en base a esa fuerza interior que sólo tienen los que irradian sapiencia por vocación que le nace del alma. Solamente así se despierta en el entorno, la avidez por el estudio y se les incentiva a seguir sus pasos porque reflejan sus obras el sendero futuro que aperturan a los educandos. Más si la persona que está al frente es producto de la familiaridad, el amiguismo, núcleos cerrados, política partidarista, intereses creados; la ofrenda no da resultado positivo porque no podrá ser un guía para el aprendiz. No se ejerce una acción formativa, sino más bien lo que se imparte es una ruta quimérica a la mediocridad sin final. Hay otro factor muy importante que incide en la baja calidad educativa y humana. Si la persona no ingresa a la Universidad, postula al Tecnológico, si el resultado es adverso, al Pedagógico para ser profesor de Secundaria, si no es favorable, postula para ser de Primaria y termina siendo efectivo en Inicial, lo que desnuda su falta de convicción. Viendo el asunto desde otro ángulo. Hay quien trabaja sus 30 años en su profesión pasando desapercibido, de ahí estudia una Maestría, algunos hasta Doctorado y poder formar futuros profesionales hasta que Dios quiera y resulta que sus trabajos de investigación, jamás sirvieron para solucionar los problemas ni de la región siquiera. Hay quienes llegan a los más altos umbrales que le da la vida sin haberle ganado a nadie, jamás se proyectan a la comunidad con su tan mentada calidad, nunca publican obras incrementando de ideas el firmamento del saber. Sólo desempeñan una labor rutinaria cumpliendo con el currículo de turno, enseñando lo que en un ayer recibieron en un salón de clases, repitiendo lo ajeno, o bajando de internet los datos y se lo dan a los seguidores como primicia, cuando por trillado, no es novedad. Por esta razón; según estadísticas de Latinoamérica, dentro de las 500 primeras Universidades no hay ninguna peruana. Es que para obtener esa categoría lo principal son las patentes producto de la Investigación Científica y si no lo hace ni el educador, el discípulo ni en sueños se va a interesar en hacer dicha tarea. Eso sí que quede bien en claro, toda mi reflexión no afirma que es una regla general porque hay muy honrosas excepciones que merecen un profundo respeto por su vasta identidad con las nobles causas latentes. Esta es la gran realidad que resulta inocultable pero que continúa porque no hay en el ser ese afán de hacer el gran cambio de la sociedad. Las grandes eminencias se dan cuenta que se puede ganar jugosos sueldos aparentemente enseñando, administrando, dirigiendo, asesorando. Por eso con tal que tenga seguro su ingreso, lo demás es lo de menos. Más aun así, sin productividad visible; donde más se refleja su oportunismo e ingratitud con el intelecto natural, tienen la libertad, de evaluar, calificar y hasta sacar de carrera a las personas que si son innovadoras, creativas y que se han hecho camino con su propio talento sin acudir a las cofradías. Ésta inconsciente actitud no debe herir susceptibilidades, porque el ser renovador y de inventiva sin límites, seguirá por tal sendero a las estrellas, mientras que los acérrimos copistas hasta de lo no existente, lo que le espera es el olvido porque nunca dejarán huellas para la posteridad por carecer de visión planetaria y desprendimiento total y ese es el peor castigo que recibirán de la historia que es el justo juez de la humanidad.