En la vida hay una sola forma de actuar cuando se trata de defender los interesas patrios y si se quiere que cada uno goce de bienestar general.
En este sentido el que menos se pregunta ¿con qué cara pueden asegurar moralidad y no corrupción los que han estado por más de veinte años conviviendo un mismo escaño y no tomaron el toro por las astas? O es que en otros gobiernos no existieron estas lacras sociales. Que yo sepa, siempre estuvieron a la orden del día. Por eso no es ético poner un grito al cielo y afirmar que esta si es la vencida y que después del 28 de julio nuestra patria será un paraíso. Esto no lo cree ni un niño de teta. No se puede pintar pajaritos en el aire cuando todavía no ha llegado la primavera. Se acepta que haya buenas intenciones de gobierno, tienen toda la razón pero que no solamente quede en eso. Hablar no cuesta nada difícil es cumplir dice la letra de un conocido valse y cae a pelo en este momento político. Las medidas que se piensan aplicar, ¿quién no las sabe? Y porque no se hizo más antes si muchos de los que están luciendo nuevamente la banda ya son caseros en el congreso nacional. No es necesario egresar de Harvard para saber lo que el Perú requiere con urgencia y sin tanta palabrería barata tomar las medidas correctivas del caso para que este país arribe a mejor puerto. A parte de todo lo que se puede hacer para que nuestra patria cambie de cara, mucho tiene que ver la capacidad de cada uno de los que tienen ya las riendas del país. Más por encima de ello debe sobresalir la dignidad, la moral la entrega de todos los que gobiernan y los que conforman la familia peruana. Es de esperar que los elegidos por el pueblo y por la casualidad, den muestra de capacidad gubernamental y el Perú, como en otras oportunidades; no sea gobernado por los asesores a sueldo de cada uno y el titular solamente este de pantalla o no más para levantar la mano y apoyar a sus partidarios de bancada. Esto ha venido sucediendo y sucederá porque de todos los que están no son los que la patria requiere para cambiar de rumbo. Hay varios que saben de política como yo de vuelos a Marte. A pesar que siempre se ha dicho “zapatero a tus zapatos” pero no faltan los ególatras que creen que por tener un máximo grado de conocimientos ya pueden aspirar al gobierno, cuando es muy sabido que la palta así lo injerten, jamás va a dar uvas. Sin pecar de pesimismo es de esperar que la hora de la verdad cada cual se ponga la mano en el pecho y no se pisoteen los derechos de las grandes mayorías y todos los peruanos se le coloque en el sitial que muy bien se merecen y no se les gobierne como si en este suelo de historia todos fueran enemigos. Lograr una total concertación con todos los sectores políticos, sociales y productivos es utopía, habría que hacerlos de nuevo y de mejor material y con sangre roja y blanca para que este sueño se cristalice. Por eso lo que hay que buscar es que cambie cada uno para conseguir un mejor futuro. La solución de los problemas nacionales no la tiene una bandera que no sea la de la patria, por lo tanto se requiere de actuar a conciencia, con empatía, pensando en el mañana y que si están en un lugar preponderante es para trabajar por quienes más padecen de pobreza extrema y no para formar nuevos ricos a costa del abandono moral de nuestros hermanos de sangre. Por eso de una manera muy personal, considero que es muy necesario, en este momento crucial cerrar todos los cementerios para evitar que resuciten los muertos y nuevamente la burocracia empiece a imperar en todos los sectores a tal punto que dé la impresión que ya empezó la bonanza económica cuando solamente es un acomodo por favores políticos que aparenta bienestar cuando en el fondo la procesión avanza con una carga de indecisiones generando más caos del que se tiene y origina un cruel desgobierno que ya nadie quiere porque significa atraso y ya no se quiere caer en lo mismo porque toda repetición es una ofensa.