Todo ser humano para que logre el máximo de conocimiento y la motivación plena de sus facultades mentales y se convierta en un baluarte ilimitado del crecimiento y desarrollo de su comunidad con visión de mundo; no solo basta que adquiera todo la sapiencia existente a través de la investigación, sino que es muy necesario que le de forma a su espíritu, haciendo acopio del arte integral.
Es que la sabiduría le da solidez a las aptitudes humanas, pero las expresiones del alma, fortalecen las actitudes del ser. De lo contrario sería una persona muy docta pero carente de humanidad y una persona, así puede llegar a la cumbre más alta del entendimiento planetario, pero a la vez puede descender al más oscuro abismo de la denigración humana, por no tener la esencia interior que determina sus atributos inmarchitables. En este sentido, las artes marciales, plásticas, la música, el teatro, la declamación la Oratoria y Liderazgo, Deportes en todas sus variedades, son el verdadero regulador de las ansias y anhelos de todos aquellos que van tras las huellas de trascender como el sol en el orbe infinito. No es una perdida de tiempo activar las habilidades, atributos innatos o adquiridos, a través de una metódica práctica física, manual o intelectual que conlleve con el tiempo y según la fuerza de voluntad, a la cimentación de una actividad que además de ser una muestra de una adecuada cualidad, bien pueden dar el podiun estelar de un liderazgo inmarchitable al ser un don original e irremplazable que lo hace único en la vidriera de talentos, como fruto del descubrimiento para qué hemos venido a este mundo. ¿Cuál es nuestro rol sobre la faz de la tierra? Lograr esto es muy importante porque es muy conocido que hay quienes se van al descanso eterno y nunca supieron para qué eran buenos. Solo fueron maquinarias de hacer dinero, fuentes indoblegables del mal, causa de las falencias más grandes de los grupos humanos o simplemente lo que es muy común, con los honores del caso, vivieron, se profesionalizaron, convivieron, respetando sumisamente protocolos de otros tiempos, sin innovar, sin crear, sin desprendimiento, sin entrega sin convicción, sin transformar; pero si hicieron gala de buenos sueldos, medallas y grados por doquier pero jamás demostraron un nuevo horizonte de bondades, sino que siguieron al pie de la letra lo ya establecido y se le fue el tiempo en una pasividad enorme que no dio paso al cambio y todo sigue igual como lo encontraron después de 30 años de servicio. En este sentido la Universidad José Carlos Mariátegui de nuestra ciudad, muy conciente de esta realidad, pone a disposición del alumno toda una gama de actividades integradoras con el fin de propender la formación personal, espiritual y profesional del alumno de parte de auténticos promotores del arte, deporte y cultura con la idea de cimentar en el futuro técnico una calidad humana que lo lleve hacia los altos umbrales de la excelencia. De nuestra primera casa de estudios superiores universitarios, los que siempre ven problema, donde predomina un ferviente deseo de servir a los demás de la mejor manera; podrán encontrar deficiencias producto de su exigente evaluación, y hasta puede que tengan razón; pero nadie va a negar ni al más acérrimo enemigo, que se está avanzando y como producto de ese tránsito hacia la madurez institucional, siempre hay escollos que salvar pero se esta trabajando para que nada ni nadie impida una auténtica formación profesional a la juventud del sur peruano. Siendo ese su principal objetivo, toda suspicacia adrede no tiene razón de ser por estar caminando por un terreno minado y agreste pero en brazos de la verdad y la justicia.