En la vida se presentan casos inexplicables, increíbles,  como por ejemplo; por no ser de color blanco o pelo rubio como otros lo son, no lo tienen en cuenta para nada así  tengan talento más allá de lo común.

Inclusive, hay quienes creen que por ser desteñidos, altos, bien parecidos, de corte extranjero; por esas características, tienen más cualidades y aptitudes que los  de color cobrizo. Estos prejuicios de los grupos humanos se notan a cada instante, en las reuniones sociales, en el mercado, en las calles, en los  ómnibus, en fin, en todo sitio; en la cual la falta de valores se nota a más de  varias leguas. A parte de ello hay otro tipo de conducta en la cual ya nada tiene que ver los rasgos físicos, sino simplemente el hecho de decir la verdad es pecado capital y hasta el peor de los delitos. Es que en muchas latitudes por no ocultar lo que no se quiere decir, hasta se margina a la persona. A ese extremo se está llegando. Lo que todo el mundo quiere es que exista una sociedad que haga caso calladamente a todo lo que dice el que está en el poder. El que critica, o hace saber su malestar por tal o cual cosa que no le cuadra. De inmediato se le conjetura de traidor o no ser fiel a la noble causa. Hay otro ejemplar de esta fauna de marras, que no debiera existir por su cinismo adrede. Pero que desgraciadamente existe. Se sirve y después se fuga del grupo y hasta raja encima después que le dieron la vida, salió del anonimato, lo defendieron, le dieron un nombre. Bueno malagradecidos abundan en todas partes. En  este planeta hay de todo. El bueno, al final queda difamado y el malo como siempre es  omnipotente, sin ninguna mancha, además  nunca se equivoca  y por tal motivo hay que rendirle pleitesía. Hay también el tipo que recorre  todos los rincones del devenir patrio, donde más le conviene y se apunta de acuerdo a la situación alabando por doquier a quien le da  sombra y lo mantiene en vigencia. Esta es una especie  inextinguible que abunda y cada cinco años aumenta de manera desmesurada como por arte de magia que ya empieza a preocupar. No quisiera pensar que nuestra gloriosa extensión nacional este plegada de oportunistas o de gente que se atornilla en el puesto a costa de la mentira pero que no da fuego ni cuando hay incendio. Que yo sepa, los que se  creyeron gloria, excelencias del intelecto, no todos por supuesto; a la hora de gobernar, poco fue lo que hicieron. Los pergaminos con los cuales venían precedidos, no dieron nuevo amanecer, se opacaron. Fu evidente. Si  eran tan buenos, entonces porque no cambio el rumbo de la patria cuando tuvieron el poder en sus manos, sino al contrario se fue m{as a pique y esto no es ninguna mentira, la misma historia lo atestigua. Hubo eminencias pero a su misma vez los convenidos de siempre de tal manera que nunca dejaron dar a luz a los que tenían buenas intenciones de transformación. Esto ocurre hoy día también, es que gente sin sangre en la cara, han existido y existirán por siempre porque somos una patria muy prolífica en alimañas del mal que hasta se les puede exportar a países donde esos ejemplares los matan sin pena ni gloria. Por esa ya no más debe ser el silencio una forma de vida que permita vivir bien al sumiso. El agachar la cabeza en señal de aceptación de requerimientos ajenos a la voluntad, debe desterrarse por siempre de nuestro entorno y los que están con el cetro de mando en las manos, deben entender una vez por todas, que no son reyes, ni majestades, todo es pasajero y que por sus errores si bien no lo castiga el pueblo, lo pueda hacer la historia y será por toda una eternidad.