Todas las instituciones a través de la historia, se sabe que no nacieron con fama, cada cual se fue forjando una aureola de credibilidad con el correr de los años y con los frutos que fueron dando en su tarea de proyección social.
Este fenómeno sucede en todo aspecto de la vida. El hombre de más prestigio en el mundo, no nació con ese halo de bondad intelectual. Con el estudio o con sus cualidades innatas, fue creando esa fuente de sabiduría hasta que llegó a irradiar su sapiencia por doquier. De ahí que no se puede dar el calificativo de malo o bueno fácilmente juzgando prematuramente los resultados de algún ente público, privado o de alguna persona. En realidad, del convencimiento, muchas veces, no son los responsables directos, solamente los directivos. Mucho menos los demás integrantes del equipo separadamente. Se alcanza la categoría de ser efectivo cuando conjuntamente se trazan compromisos de llegar a los más altos peldaños de la efectividad de manera solidaria y conjunta, despojado de todo prejuicio separatista. Los lauros de gloria poco a poco se logran como producto de la madurez y de la marcha al compás de la modernidad, actualizándose constantemente y a conciencia. En esta ruta de la excelencia se ve de todo. Unos se pasan años y siguen como empezaron, otros, en poco tiempo, apuntan a ganador y enrumban hacia la meta con paso indetenible. Un sector avanza rápido, llega a la cumbre y de la noche a la mañana vuelve a cero. Significa que hay que saber mantener la altura lograda en base a humildad y productividad. Saber sortear los escollos, abismos, embrollos que nunca faltan en esta carrera hacia pódium de triunfador. En este caso, siendo creativo, previa espiritualización de las entrañas humanas, van surgiendo nuevos derroteros de ambrosías que permitirá un desarrollo sostenido e imparable que deparará beneficios para todos los que tienen que ver con movimiento económico, político o social. Pero es todo un movimiento o combate por el logro de aptitudes predisponiendo alma corazón y vida hacia un objetivo común. Todos tienen que anhelar el mismo punto de llegada. Para ello hay que contar con un personal selecto, buena infraestructura, motivarlos hacia el desarrollo personal, hacerles ver la importancia que tiene cada uno como grupo de acción. Esto es lo que se viene notando en la Universidad José Carlos Mariátegui que contra viento y marea sigue adelante y gracias a su visible programa de expansión de brindar comodidades al estudiantado, los jóvenes postulan e ingresan con las ansias de una profesionalización. Esto sucede porque ellos tienen confianza en su Universidad y eso es un buen síntoma. Los adeptos siguen sumándose a esta gran propuesta educativa, que denota sin temor a equivocarse que se está avanzando y de seguir así, muy pronto será una de las mejores del Sur peruano y se notará su estela de bonanza a nivel nacional. No es un sueño iluso. Los resultados hablan por si solo. Si se mira el asunto con toda imparcialidad, se llegará a la conclusión que al ir por el camino del éxito, va rumbo al umbral de la excelsitud. Lo decimos con optimismo, porque no se puede desear maldad o atraso a lo que es del pueblo. Al contrario, dar las ideas para corregir errores, pero no ser enemigos adrede de la fuente de sabiduría. Se puede debatir y llegar a una realidad basada en la verdad, pero no inventar o sostener falsedades por el simple ego de buscar errores donde no existe. Si se rinde honores a la verdad y se juzga la mentira, se diseñará la verdadera ruta hacia la excelencia.