No se puede trabajar ni vivir tan solo para quedar bien ante los demás y aparentar que se trabaja tan solo para demostrar identidad regional y evitar las críticas de los que nunca hacen nada.
O lo que está de moda, para conservar el puesto de trabajo. Acaso no se puede actuar con plena libertad dentro de los cánones del conocimiento y las buenas conductas y si se comete errores; no es para esconderse bajo la tierra. Los hombres conscientes se rectifican con hidalguía en el momento preciso y luego se sigue para adelante en pos de la excelencia, ya que de los errores se aprende. El mundo es de los audaces y no de aquellos que esperan convertirse en eminencias para recién abrir la boca a los cuatro vientos cuando ya es demasiado tarde para toda acción en bien de las grandes mayorías. El tiempo es oro y transcurre inevitablemente. Por este motivo, una manera inteligente de contribuir al desarrollo de los pueblos es dedicarse a producir, crear de manera incansable en aras de convertirse en una luz de la colectividad dando salida a sus múltiples problemas y no ser meramente crítico destructivo o constructivo de todo lo que sucede en el entorno inmediato. Según nuestro criterio muy personal por cierto. Hay que dar ideas claras y precisas y más que nada ser un ejemplo pleno de convicciones, sin sacar a relucir partidarismos políticos porque la solución de los problemas nacionales no está en tal o cual agrupación. Reside en cada corazón que palpita y quiere vivir en completo bienestar. No basta solamente escribir maravillas sino llevarlo a la práctica y cosechar frutos. No se concibe un agricultor que quiera cosechar bondades sino sabe sembrar las semillas, cuidar los nuevos brotes y aspirar a tener nuevas mieses. Las más grandes soluciones está en la sinceridad y humildad de las personas que buscan un mundo mejor. Hay muchas maneras de ser un adalid de la justicia. Hay distintas formas de innovar todo lo existente. En estas actividades se debe enrumbar la vida de cada uno de nosotros y los resultados serán óptimos y estoy seguro que empezará a tomar fuerza la nueva ola del cambio y las futuras generaciones estarán agradecidos por el desprendimiento y dignidad de los que hoy día habitan este hermoso país llamado PERÚ.