Una persona de éxito es aquella que toda su vida la encamina hacia la creatividad.
Si todo gira en torna a esta facultad mental; con toda justicia se pueda decir que se tuvo una vida productiva. Para ello es necesario, desde antes que se nace tomar, las medidas necesarias para que la inspiración se constituya en una forma de vida. Optar por este sistema de existencia no es fácil, se requiere de fuerza de voluntad, tesón y perseverancia. Sólo si existe disciplina en el vivir, se es metódico y hay calidad humana, se está cultivando el espíritu con energía divinal y se le predispone para las más grandes hazañas que es la más grande razón por la cual viene el hombre al mundo. Sólo si no hay en el alma solidaridad todas las acciones humanas se tornan plenas de bonanza y cada cual se convierte en un baluarte dentro de su hábitat donde desarrolla sus días. El que actúa sin criterio, hiere a los demás o se aprovecha de la situación en desmedro de su propia sangre, no es que tal conducta sea de casualidad. Lo sucede que esa persona es mala porque así se ha criado. Nunca meditó que el fin de cada humano es sentir alegría después de dar felicidad a los demás. Solo con buenas actitudes se consigue un futuro promisorio y se gana el paraíso Por lo tanto, todos los honores, grados, títulos que se pueda conseguir; debe ser como producto del estudio de carácter investigativo y debe estar orientado a convertirse en una ventana de albricias para la colectividad. De ninguna manera se debe utilizar las cualidades personales para delinquir o hundir a los que se superan a costa de sacrificio y esfuerzo. En la libertad de pensamiento y la concientización del ser, está la llave del éxito. De lo contrario así sean sabios, no significa triunfo. La persona ganadora es el producto de una transformación física, mental y emocional. Por lo tanto, la superación de los grupos sociales está en función de esta trilogía del gran cambio que muchas veces pasa desapercibido porque no faltan quienes piensan que ser un triunfador es cuando se tiene dinero en cantidad o incalculables riquezas materiales. El triunfo se mide de acuerdo a nuestra intelectualidad y en el grado de efectividad que se tiene para brindar luz a todos los que padecen de oscuridad permanente en el camino a la muerte. Mientras más se es útil para el pueblo, más productivo y de mayor éxito es la persona. El que sabe mucho y no enseña está la misma altura del que poco o nada sabe. No basta solamente creerse o aparentar sabiduría sino serlo y demostrarlo en toda latitud y ofrendar sus alboradas a todos los que se encuentran ávidos de buenas nuevas sin ningún tipo de discriminación. En el dar sin esperar recompensa reside la gloria de la humanidad.