La juventud es una de las más hermosas etapas de la existencia humana pero a la vez, por estar el organismo físicamente en plena transformación psico motriz; es una de las edades peligrosas si se deja que dicho tránsito a la adultez marche a la deriva; sin la verdadera orientación especializada que le corresponde como ser humano que es.
De ser así, irremediablemente se pueden truncar sus proyecciones de ventura en el mundo competitivo que hoy les toca vivir. En este proceso de maduración, de parte de los que forman su mundo afectivo y que intervienen en su formación; no puede haber improvisación ni oportunismo. Se requiere de una auténtica vocación de servicio de parte de los educadores que forman su entorno, ya que sólo se cimenta sus bases futuras con amor y el consejo oportuno pero basado en la acción inmediata en la cual pregonar con el ejemplo es el máximo postulado. Si en la transmisión de conocimientos se juntan en un solo ideal el saber popular con el académico, se irradia la sabiduría como producto de la experiencia y si se hace pleno de familiaridad, se logrará llegar al corazón del alumno. No hay que olvidar que todos deben marchar al compás del tiempo y debe ser sólida cada vez más, el trinomio padre- alumno y profesor para salir airosos ante los problemas que aquejan a la juventud. La modernidad es necesaria pero a la vez acarrea nuevos problemas para la sociedad. Por esta razón, la juventud debe avanzar a lado de personas con experiencias y mirando el asunto fríamente; los únicos que pueden cumplir con creces esa tarea; son los padres y profesores; por eso, he ahí la gran responsabilidad que llevan sobre sus hombros los que conforman el hogar y el centro de estudios donde el maestro se constituye en el verdadero crisol de los nuevos baluartes en el tiempo y el espacio. El PERÚ del mañana no depende de los hombres de ahora, sino de los juventudes que desde ya deben pensar que la patria es el suelo bendito que nos legaron nuestros héroes y que deben prepararse con ahínco para defenderla siempre y puedan cada uno cristalizar sus más grande sueños en bien de futuras generaciones.