Todos los jóvenes para lograr su profesionalización total, requieren tener a la mano una serie de facilidades que le permitan con éxito, dar rienda suelta a su creatividad.
A parte de una moderna infraestructura, necesitan de carreras atractivas y con futuro, catedráticos excelentes, laboratorios, bibliotecas, centros de cómputo, de idiomas, áreas recreativas, actividades integradoras, equipos de exposiciones y amplificación adecuada, centro de salud, etc. Además, es esencial que la institución educativa por intermedio de sus funcionarios sepa despertar en el alumno la avidez para el estudio, la investigación y que sean los primero en sus especialidades con calidad humana y concientizarlo a la consecución de sus más grandes ideales en bien de las grandes mayorías. Esta línea melódica entre el alumno, la universidad y los padres de familia, surge imponente cuando existe confianza con el centro de educación superior universitario. Dicha afinidad toma solidez, cuando la entidad demuestra con hechos su profundo apostolado de proyección social a través de la cultura, el arte y las ciencias y ser protagonista de su historia, en bien de las masas humanas. La universidad, cuando se identifica con las nobles causas de la comunidad en proceso de desarrollo, ingresa al corazón de sus habitantes y se convierte en la casa del pueblo. Es que el alumno logra su verdadero camino cuando siente en carne propia la cruda realidad de su entorno. El vivir compenetrado con su habitat, atiza en el estudiante el anhelo de hacer suya las armas de virtudes y bondades que le permitan ser visionarios de su tiempo y dejar huellas imborrables sobre la faz de la tierra para la posteridad. Tanto para el alumno y el ente educativo, el camino es largo, pero es bien sabido que todo largo camino empieza con un primer paso y la ampliación de las instalaciones, al hacer acopio de tecnología de punta, solicitar la más alta graduación a sus educadores, la Universidad José Carlos Mariátegui de Moquegua, deja entrever con hechos verídicos que va con paso firme y seguro, por la senda más corta hacia la consagración sublime en el difícil mercado de la eficiencia universitaria. El reto es grande en este mundo competitivo, pero cuenta con los recursos necesarios, la entereza y pundonor que le da el hecho de ser una organización con principios, para salir airoso de todos los contratiempos que acarrea el periplo hacia la excelencia. Para ello camina al compás del tiempo, actualizando sus ideales, visualizando novedosos objetivos, descubriendo nuevas rutas de prosperidad, convirtiéndose para los jóvenes en la maravillosa fuente de realización personal. ¡La universidad por ser luz de tu existencia, te dará el umbral de la eternidad¡