El CAMINO A LAS ESTRELLAS

En este mundo competitivo en que vivimos en la actualidad, para no quedarse rezagado y poder marchar al compás del tiempo, es necesario ir haciendo acopio de todo el nuevo conocimiento que las mentes pensantes van creando de acuerdo a las necesidades de las grandes mayorías.

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De no ser así, se convertirían inclusive hasta los mismos profesionales, en personas desfasadas que no tendrían cabida en el mercado laboral ya que no faltan los técnicos conscientes que han hecho del estudio una rutina diaria y sienten el placer de hallar sabios razonamientos y utilizarlo en su vida práctica. Es decir, están actualizados. Por esta razón es preciso indicar que para lograr éxito no hay otro camino que el de ser un eterno estudiante. Ya se acabaron los tiempos en que muchos decían, bueno ya soy profesional, así que adiós a los libros, ganaré dinero, me compro mi carro, mi casa  y a disfrutar de la vida hasta que Dios quiera. Ahora aparte de estas  suntuosidades, hay que incluir en el presupuesto el estudio sostenido. En vista que todo cambia a la velocidad de un rayo ya que nada es estático; solo la muerte  simboliza inercia; el conocimiento evoluciona al ritmo de las cambios sociales, políticos y económicos. Una nueva idea transforma la vida de las personas totalmente, pero a su vez este cambio repentino origina otras urgencias que hay que satisfacerlas para que la vida siga su rumbo inevitable floreciendo en todo su esplendor. De tal manera que la creatividad nunca cesa de producir novedades demostrando fehacientemente que no todo está dicho sobre la tierra, siempre hay algo por descubrir porque el hombre es un ser insatisfecho y tiene las facultades para trascender en base a sabiduría y vivir cómodamente sobre la faz de la tierra. Hay una gran verdad que llama a la reflexión. Cada año egresan  profesionales de Tecnológicos, Pedagógicos y Universidades y en vista que las plazas laborales no aumentan en proporción directa con la cantidad de nuevos técnicos. ¿A dónde va a ir a trabajar? Las instituciones estatales y particulares, sin lugar a dudas, tienen que asumir a ese nuevo  contingente de profesionales que se ha preparado con toda fuerza de voluntad para ser útiles a la patria. Ahora ¿Quiénes van a tener la oportunidad de trabajar? Si no se antepone la vara, el poder político o la familiaridad, solamente van a trabajar los mejores, previo examen por supuesto. El que fue un alumno excelente pero sacó sus notas pagando, a la hora de laborar,  ahí no va a poder pagar para que su trabajo sea aceptable. Ahí vale lo que en verdad sabe y produce.  Por otra parte, los que se dedicaron a trabajar solamente y no  aprendieron algo más, tendrán que ceder su lugar, por supuesto con ciertas negociaciones en la que no se perjudiquen, porque nadie se debe quedar en la calle. Es que  sería ilógico que los profesionales estén buscando un puesto mientras trabajan los que no han tenido una real educación académica y científica.

En este sentido, la preparación adecuada  del trabajador lo hará más productivo. Ya no se quiere un trabajador que vegete por 30 años en un puesto de trabajo diciendo sí a todo  pero en nada creativo. Se requiere de personas que rompan las fronteras del silencio y que brinden ideas hacia una realización de actividades con mayor calidad. Se necesita personas con sapiencia pero no repetidores de todo lo aprendido, sino que trasmitan su sabiduría a través de innovaciones y además que tengan múltiples habilidades y que sean totalmente productivos. Esta suposición tarde o temprano va a suceder, por lo tanto aún estamos a tiempo para concientizarnos y buscar  nuevas alternativas se realización personal en la cual el conocimiento nuevo debe estar a la orden del  día.

 

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