Al recorrer las aulas de los colegios de la región en general en todos sus niveles se ha podido constatar con gran beneplácito que existen jóvenes  que son un potencial inigualable de energía creativa en todas sus variedades, ya sea en ciencias, letras, artes y deportes.

Poseen cualidades innatas por predisposición genética que aflora en todo momento y los hace diferentes a los demás. Son grandes prospectos de intelecto cuyos aportes serían muy benéficos para el desarrollo político, económico y social de la patria si se les cultiva según sus proyecciones e ideales. Es que aquellos iluminados por la sabiduría humana son los que deben en su momento oportuno tomar las riendas de la ciudad por sus caudales de bondades espirituales. Pero ¿cuál es la triste realidad? Todo joven que sobresale en alguna actividad lo máximo que recibe es una felicitación o un diploma y ahí queda todo. Por esta razón es que ese talento maravilloso se frustra y se pierde en el olvido y sus inmensas capacidades sólo quedan en el recuerdo. En la actualidad no contamos con un departamento en ninguna institución ni un personal especializado en plenitud que se encargue de encauzar a estos futuros líderes de la sociedad futura. Inclusive aquellos que poseen sabiduría especial pasan desapercibidos ante los educadores porque nadie es capaz de darle el sitial que les corresponde. Solamente cuando hay algún concurso y si tiene relación con lo que saben, participan y eso no es suficiente. A estos grandes valores aparte de que deben recibir una orientación adecuada según sus inclinaciones y múltiples capacidades. Se debe estudiar cada caso porque cada uno de ellos es una historia diferente y trágica. Sucede que la mayoría de ellos proceden de hogares muy humildes, muchas veces con las justas subsisten y esto es alarmante. Por eso se debe realizar una investigación detallada de acuerdo con la modernidad educativa y las condiciones económicas del hogar y brindarle la ayuda que requiere para que de esta manera pueda tener sosiego y placidez para el desarrollo de su existencia y pueda cimentar más sus conocimientos. Consideramos que para salvaguardar a estos talentos, para empezar y dadas las múltiples necesidades que existen, lo mínimo que se puede hacer es cubrir sus más apremiantes necesidades, en todo lo que sea posible y en su centro de estudios darle el sitial que les corresponde y prestarle mayor atención. Un reajuste en algún gasto de no tanta urgencia y dárselos como apoyo, no les vendría mal lo que  aliviaría en parte sus pesares. Todo depende del cristal como se mire la situación de los niños prodigio.

Sin ser entendidos en la materia, consideramos que todos estamos en condiciones de darle consejos y normas de tal manera que se le pueda encaminar por el sendero de ventura y realización. Si no se hace es por falta de fuerza de voluntad. Hay muchas personas que no les interesa lo que pasa en su entorno, sólo les importa su persona, idolatran sus aires de suficiencia, se consideran de una inteligencia superior cuando solamente son dependientes de su inmensa incapacidad para vivir en sociedad. Su máximo anhelo es adquirir sus comodidades y punto. Y esa no es la mejor forma de  realización personal. Hay que aprender a mirar más allá de los que ven nuestros ojos para la cristalización de las cualidades especiales que tienen muchos niños y jóvenes y que no se les cataloga ni se les valora. Es Preciso ser más consecuentes con nuestros niños que se vislumbran a pesar de su corta edad, en verdaderos abanderados de la sabiduría humana. No se puede despreciar de ninguna manera las capacidades intelectuales que posee nuestra juventud porque son el futuro de la patria que necesita muchos de ellos. Una gran legión de jóvenes quedaría muy agradecido si se les tiene en cuenta para lograr el gran despegue que necesita la patria para cambiar el rumbo de la historia y trascender con valores propios para que la existencia sea más agradable y placentera.