Del paseo terrenal
Al ser corta la vivencia
Del fulgor de la existencia
No la apreciaste cabal.
Ante el momento fatal
Cobra fuerza el desconsuelo
Y al emprender raudo vuelo
La pena se hace infinita,
pues de manera fortuita
PARTISTE HACIA EL ALTO CIELO.

II

Las épocas de armonía
De jolgorio y regocijo
De tu presente prolijo
Hay la cruel melancolía.
Se  marchitó tu valía
pues convertido en  un  haz
Después de un hito fugaz
Dejas lagrima y dolor,
Y al estar junto al Señor
¡QUE DESCANSES DIEGO EN PAZ!

V

Hoy rememoro el momento
Tu niñez de algarabía
Y a tu voz en poesía
Derrochando fiel talento.
La calidez de tu acento
Por la imagen e tu faz
Y el sentimiento feraz
Te brotaba a flor de piel,
Y hoy vas como el  ave fiel
EN ARAS DE ORBE SOLAZ.

III

Tu latido fue un instante
Que  recitación parece
Pues tu gran sueño fenece
Y un futuro fascinante.
Lo que pudo ser brillante
Por tu grácil sutileza
Se derrumba la proeza
Y en quimeras se volvieron,
Y en quienes te conocieron
HAY LA PROFUNDA TRISTEZA.

VI

Frente al lírico escenario
Se crecía tu figura
Y cobrabas fina altura
Con tu aporte solidario.
Por qué tu real corolario
Que en el alma era consuelo
Se cubre de blanco velo
Al renunciar a la vida,
Que ni el llanto consolida
AL TRUNCARSE TODO ANHELO.

DIEGO sé que adelantaste
Lo que a todos llegará
DIOS  seguro te abrirá
El reino  que no buscaste.
Por lo bien que te portaste
Irrádianos de tu noria
Un torrente de tu euforia
En pos de  rumbo fraterno,
Y en tu viaje hacia el Eterno
¡QUE DIOS TE ACOJA EN SU GLORIA!