Para que los sueños dejen de ser sueños, tienen que dejar su mundo inconsciente y nacer con pasos de ventura en la más cruda realidad.
Para que las metas se cristalicen en senderos de dicha y felicidad primero hay que hacer camino hasta en el precipicio, para así llegar al final y romper la cinta de la victoria con honor. Para convertirse en adalid de la justicia y promotor de un futuro promisorio, hay que tener conocimiento actualizado e innovativo de lo que es la humanidad. Para ser un buen ciudadano hay que tener convicciones de querer vivir en sociedad. Para ser un buen político hay que ser desprendido y cultor de la verdad permanentemente. Para enseñar hay que tener vocación de servicio y querer un mundo mejor a través de la magia de la palabra. Todo tiene una razón de ser y fin común. Nada ocurre de casualidad o porque ya estaba escrito; cada cual; se labra su propio destino con sus malas y buenas acciones, con su bondad o deshumanización. El problema está en que todos sabemos si lo que hacemos está bien o está mal. Nadie es tan inocente como para creer que actúa por que no sabe, o que no supo que estaba mintiendo. Todos sabemos el camino a seguir, si es que queremos lograr la victoria o que sendero tomar si buscamos llegar al abismo del olvido. Entonces ¿por qué el asunto sigue igual y hasta peor se podría decir? Simplemente porque aún hay personas muy acostumbradas a la falacia, a la viveza criolla, de tal manera; que lo primero que se trata es sacar provecho hasta de lo más mínimo. El que se descuida se queda sin piso por eso solamente se dedican a cuidar su puesto y ¿cuándo van a trabajar? Por eso no le queda tiempo para crear. Cada cual vive a la defensiva y ese es su mundo de todos los días. Si estamos equivocados, que respondan a conciencia ciertos trabajadores “nombrados” que por ser como tal, se consideran inamovibles y se dedican a todo, menos a laborar. Su centro de trabajo es un lugar de tertulias, es comedor y hasta dormitorio en algunos casos. Felizmente no son todos, es una gran minoría, que sólo vive pensando en el fin de mes, para pagar sus dudas porque ya está endeudado hasta el mes que viene. Esto es un ejemplo para corroborar lo dicho y que se espera de un segmento de personas que tiene una limitada visión de mundo ¿Se puede añorar un cambio en sus entrañas? ¿Se le puede pedir solidaridad y entrega de quien solo piensa en si mismo? Muchos esbozan la respuesta consoladora ¡es que hay tanta hay necesidad! Y tienen razón, pero cuando hay convicción; donde come uno pueden comer varios. No todo está perdido a pesar de tanta ingratitud e indiferencia en contra del talento creativo. Todo depende del grado de bondad que hay en el corazón. Si nos ponemos en el caso de los que sufren por ser desocupados y avecesa veces no tienen ni para comer y que muchas veces algo tenemos que les puede ser útil; llegaremos a la conclusión que si se puede compartir la mesa sin dar lo que nos sobra. Este es el secreto de una existencia feliz. En la ayuda mutua están las puertas del cielo. En dar la mano está la gloria divina y vivir en paz irradiando amor.