Hay quien daña sin motivo
Y  no hacer nada a aparenta
Más tal hecho lo contenta
Como si fuera incentivo.
Es del todo negativo
Que a lo más sano repele
Y se porta cual pelele
Que en lo más trágico incurre,
Y viendo de lo que ocurre
LA HERIDA AJENA ME DUELE.

II

El que origina tristeza
Sin tener motivo alguno
Por su rasgo inoportuno
Es reflejo de vileza.
Mancilla la sutileza
Por excesivo placer
Y con la fuerza de ayer
De canto genera asombro,
Y si no se pone el hombro
¡TODO ASUMO POR DOQUIER!

V

Es el llanto lo que impera
Hay lagrimas abundantes
Que con abrazos constantes
Más haría que sonriera.
Solucionar la quimera
Con distinto amanecer
Y sin un atardecer
Eliminar  el desvelo,
Si me corroe el flagelo
COMO SI FUERA EN MÍ SER.

III

Como hay tanto sufrimiento
Y nadie se compadece
En mi espíritu se crece
Consolarle su lamento.
 Abrazarlo en un momento
Y en aras de fiel valía
Enterrar la felonía
Como siempre estuvo escrito,
Y ante el dolor inaudito
CONTAGIARLE MI ALEGRÍA.

V

Distorsiona la razón
Toda cruel melancolía
Y deja el alma vacía
La poderosa aflicción.
Turba la realización
Y admite que el tiempo vuele
Y así nadie lo rebele
Se da el triunfo al negativo,
que  a la desdicha  recibo
NO HABIERDO EL QUE AL FIN  CONSUELE.

Por mi vasto sentimiento
Anhelo borrar las penas
De los que sufren codenas
Con divino pensamiento.
Mi voz que sirva de aliento
En espacio terrenal
Y en el cosmos sideral
Abolir la cruel derrota,
Y rezo por quien lo azota
¡EL INFIERNO TERRENAL!