Siendo noria de bondad
En honor a tu cariz
Con tu mágico matiz
Hoy gozas de eternidad.
Nos dejas la soledad
De una manera inaudita
Que tiempo se necesita
Para encontrarle sentido,
pues hoy cesó tu latido
COMO FLOR QUE SE MARCHITA.

II

Al llamarte el soberano
tu inesperada  partida
queda tu gente dolida
Al marcharte muy temprano.
Más no todo sea en vano
De tu aurora celestial
Irradia amor por igual
Y para el alma consuelo,
Y en el edénico cielo
¡QUE DIOS TE BRINDE UN SITIAL!

V

Tus pasos pronto se fueron
tras el continuo descanso
Pero genera un remanso
En los que te conocieron.
Tus enseñanzas sirvieron
De un  sentimiento amical
Y en  el ámbito social
Delegaste una ambrosía,
Y cuando nadie quería
LLEGÓ TU FIN TERRENAL.

III

A tu familia da ruta
Con tu aureola angelical
Y consolida el umbral
de la verdad absoluta.
Con tu fuerza resoluta
por sinceras oraciones
dale norte a las visiones
y hace mutuo el fiel candor,
E intercede ante el SEÑOR
QUE DERRAME BENDICIONES.

VI

Al ser ley de la existencia
El nacimiento y la muerte
Al quedar tu faz inerte
Tu espíritu forja esencia.
No alegrará tu presencia
Pero si tu luz  fortuita
Y dará la fe que agita
Horizonte cristalino,
Por morar  ante el divino
HOY EN ESTANCIA INFINITA.

Sola no te dejaremos
Latirás en la memoria
Y al igual que fresca noria
Siempre te recordaremos.
En tu nombre rezaremos
Con sentimiento encendido
Y da al pensamiento sentido
Y no sean nada extraños,
Que así transcurran los años
¡NO SABRÁS DEL CRUEL OLVIDO!