Su figura es familiar
Todo cubierto de harapos
Y al ser muy sucios los trapos
El desprecio es singular.
Cualquier sito es buen lugar
Y un espacio le convida
Y en su ruta entristecida
Sin sentido  da quimeras,
Y  avanza por las aceras
CON LA MIRADA PERDIDA.

                      II

Del cruel azote del frío
De los estragos del fuego
No lo sabe desde luego
Por su espíritu vacío.
No lo aflige ni el estío
Ni la noche sepulcral
o el desempleo mortal
Que a su delirio recrea,
Y se duerme donde sea
POR SU LOCURA INFERNAL.

                       V

Se entretiene en la basura
Cuando al fin le apremia el hambre
Y el deshecho es un buen fiambre
Que a su apetito satura.
Lo que en su rumbo procura
Junta en bolsas por  igual
Y por su carga inusual
Lo catalogan demente,
Y se agrupa  con la gente
EN ABANDONO TOTAL.

                           III

Cuando ya se oculta el sol
Se pierde en la muchedumbre
Y por rara incertidumbre
Es una sombra su rol.
Con su inaudito arrebol
Donde es eterno aludido
Sin horizonte encendido
De su delirio va preso,
Que ya no espera el deceso
SI HACE TIEMPO HA FENECIDO.

                           VI

Sin la mínima razón
Y muy ajeno a lo real
Sonríe cual fiel mortal
En oscura dimensión.
Nadie sabe su expresión
Ni su virtud conocida
De seguro ensombrecida
Por su aureola misteriosa,
Y con su facha andrajosa
AVANZA YA MUERTO EN VIDA.

Cómo de nada se queja
Seguro que así es feliz
Y a pesar de su desliz
En su rostro no refleja.
Su bruma nadie despeja
Por extraviados senderos
Es que no tiene linderos
El latir de sus estragos,
Que sólo dos perros vagos
¡SON SUS FIELES COMPAÑEROS!