Desde que el día amanece
Con fiel luminosidad
trasmite sutil bondad
y el optimismo engrandece.
Por la mañana se crece
Generándose ternura
En el ámbito hay dulzura
Mientras se sigue adelante,
Y surge un nuevo semblante
CUANDO LA TARDE MADURA.

II

Surge el rumor vespertino
Y la fauna sin igual
Pronto vuelve a su sitial
A lo largo del camino.
Se escucha cálido el  trino
Del ave por la vertiente
El agua con su torrente
Da sus pasos absolutos,
Y transcurren los minutos
¡ENSOMBRECIENDO EL AMBIENTE!

V

Al brillar el astro rey
En toda su plenitud
No hay ni la vicisitud
Que lo incomode a la grey.
Por ser cual divina ley
Se calma presto la fuente
Y el panorama esplendente
Aquieta vasta energía,
Y ocurre del medio día
BAJO UN SOL RESPLANDECIENTE.

III

La rutina al ser constante
Soledades no más deja
Y en el espacio  refleja
Un latido agonizante.
El bullicio es abundante
Se torna frígido el viento
Y el que menos toma aliento
Sin caer en amarguras,
Y se alargan las figuras
CON UN TONO AMARILLENTO.

VI

Al despedirse las horas
Hay un letargo especial
Y la euforia elemental
Aparece con demoras.
No vuelan aves canoras
la melancolía apura
Pierde imagen la natura
Y el horizonte infecundo,
Y siempre en cada segundo
LA NOSTALGIA COBRA ALTURA.

La penumbra se suscita
Y el firmamento oscurece
Y el claro se desvanece
Pues la luz se debilita.
La noche cae fortuita
Como bien escrito está
La luna aparece ya
Con su mágica realeza,
pero hay un haz de tristeza
¡CUANDO LA TARDE SE VA!