Para forjar hondas huellas
Donde no hay un dulce trino
Luz le pido a las estrellas
¡QUE ILUMINEN MI CAMINO!
En base a meditación
Frente a la verde natura
Se torna mi esencia pura
En apartado rincón.
Energizo mi expresión
Muy ajeno a las querellas
Y los sueños son armellas
Que sujeta el sentimiento,
Y me junto con el viento
PARA FORJAR HONDAS HUELLAS.
II
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Me voy con la oscuridad
A su reino de penumbra
Y su niebla me deslumbra
Con su negra inmensidad.
Sin más luminosidad
A mis horas encamino
Por el paisaje genuino
De rutilantes senderos,
Y le pido a mil luceros
¡QUE ILUMINEN MI CAMINO!
V
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Motivo mi reflexión
Dando vida a duros retos
Y por vastos vericuetos
Concientizo mi visión.
Recorre mi inspiración
El orbe sin desatino
Y con la aureola del tino
Me alejo del desencanto,
E irradio mi tierno canto
DONDE NO HAY UN DULCE TRINO.
III
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Pasajero soy del mundo
Y su belleza contemplo
Y mi espíritu es el templo
Donde nace el sol fecundo.
Convivo cada segundo
Con tristezas y alegrías
Y se me vienen los días
En radiante primavera,
Y derrocha mi alma entera
¡LAS MÁS PURAS AMBROSÍAS!
VI
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Gozo de la claridad
De mis vastos horizontes
Y donde acaban los montes
Me pierdo en su inmensidad.
En la grata majestad
De las mágicas doncellas
Me confundo con las de ellas
Pues no soy quien las evade,
Y si la noche me invade
LUZ LE PIDO A LAS ESTRELLAS.
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Irradiando la ternura
Por eso ando con la brisa
Y mi sentido revisa
De las flores su hermosura.
De la grácil preciosura
Se alimenta mi furor
Y agiganta mi candor
Perfumados los jardines,
Y mi trova en los confines
¡ES MENSAJE DEL AMOR!
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