Si el mediocre es envidioso
Es mortal como el veneno
Y por su cruel desenfreno
No es por nada generoso.
Por su rasgo de ambicioso
Sólo sabe de bajeza
Y por nula sutileza
 A nada le pone  calma,
Y porque abunda el sin alma
HAY QUE LUCIR ENTEREZA.

II

Sólo un tiempo se controla
Más no puede con su genio
Y hasta el más blanco proscenio
Con su injusticia la asola.
Su cruel bandera enarbola
Ensombreciendo su atril
Y el orbe al ponerse añil
A su injusticia la avala
Y  el que menos lo señala
¡POR SU ESPÍRITU SERVIL!

V

Se muestra cual mansa oveja
Pero es de esencia infernal
Y aplica golpe mortal
Por la ira que refleja.
A lo siniestro asemeja
De su  apagado candil
Y por su oscuro perfil
Es sujeto de traición
Más que no cause impresión
FRENTE  AL ATAQUE DEL VIL.

III

Puede ser inteligente
más su conducta lo entierra
y su futuro soterra
así lo apoye su gente.
Al ser más que un  indecente
Que no conoce piedad
Por su nimia lealtad
Su senda se torna obtusa,
Y su conciencia lo acusa
DE SU INCREÍBLE  MALDAD.

Es su espíritu maligno
Que no tiene compasión
Y origina la afección
Y de confianza no es digno.
De pecado sólo es signo
Y originar la tristeza
Y  ante su opaca destreza
Es fuente de vanidad,
Y por  nula humanidad
ES CONSTANTE SU VILEZA

Como ninguno lo pasa
Por emanar prepotencia
Se nota que sin esencia
A la fiel norma la arrasa.
En lo que emprende fracasa
Por su enorme felonía
Y por su mente vacía
Solo dinero atesora,
Y el remordimiento aflora
¡POR SU PERPETUA AGONÍA!