Al ser la mujer amada
de una virtud placentera
a tu belleza encantada
toda mi vida le diera.
Vibra mi alma en poesía
contemplando tus andares
ver tus ojos singulares
es mi única alegría.
No tengo otra algarabía
que la luz de tu mirada
tu sonrisa nacarada
del adorarte es testigo,
por eso a tu lado sigo
al ser la mujer amada.
II
Mi horizonte se reduce
a tu imagen inquietante
el caminar ondulante
al delirio me conduce.
Fiel sonrisa me seduce
más hermosa cabellera
leal boca me desespera
por ser regalo del cielo,
si no estas voy sin consuelo
de una virtud placentera.
III
Salgo de la realidades
y me invento un mundo aparte
donde ahí sí puedo amarte
con gratas intensidades.
Sabes bien de mis verdades
desvelo de madrugada
entre la alcoba cerrada
se hace mutuo el gran placer,
en mi entraña hay renacer
por tu belleza encantada
IV
Cuando tu vienes a verme
a mi ser es tentación
encendiendo mi pasión
mi conciencia nunca duerme.
Por eso ansío perderme
tras deleite sin frontera
en tu íntima primavera
de fascinante vergel,
pues por morir en tu piel
toda mi vida le diera.
V
Sabiendo de tu existencia
que leal transitas conmigo
tu trascendencia persigo
en aras de complacencia.
Por eso te doy la esencia
de mi inocultable ardor
y verás que en el candor
de mi entrega sin igual,
un secreto sin final
son mis instantes de amor.
2006-10-29
