POR LA RUTA SOLITARIA

Al no verte en ningún trecho
a mi alma hiere con saña
tu crucifijo en mi pecho
solamente me acompaña.

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Ni por lo que recorrí
mis senderos desolados
ni en los vistosos poblados
me pude olvidar de ti.
Es que sin decirme ¡Si!
no te guardo algún despecho
más bien ando satisfecho
porque tienes alma buena,
por eso en mi viaje hay pena
al no verte en ningún trecho.
II
Tras la noche viene el día
bajo luz resplandeciente
y apareces en mi mente
con radiante algarabía.
No existe la hora vacía
aunque el dolor se me ensaña
más eres luz en mi entraña
agitando mi emoción,
esta cruel separación
a mi alma hiere con saña.
III
Poniéndome al Salvador
en mi cuello tan vibrante
desde aquel preciso instante
entiendo al mundo mejor.
Ya no me ocurre lo peor
ni mi espíritu es deshecho
con tu mirada me has hecho
trascender por solidario,
por tanto lo llevo a diario
tu crucifijo en mi pecho.
IV
Con mi verso que emociona
me desplazo por las calles
más ni los místicos valles
me dan razón de tu aroma.
Fiel destreza de paloma
que al gris espacio lo empaña
me resulta un poco extraña
que no revuelas mi prado,
el señor crucificado
solamente me acompaña.
V
Por tu figura preciosa
la verdad que me haces falta
más tu ausencia se resalta
si no estás mujer hermosa.
Tu sonrisa esplendorosa
ha logrado congeniarnos
y aunque no mucho adorarnos
es lo nuestro lo más puro,
de crear nuestro futuro
no podemos separarnos.

2006-11-10

 

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