No hay más lírico remanso
Que tu voz en sinfonía
Es como  el agua en  bahía
ofrendado oleaje manso.
En mis horas de descanso
Le voy orando al Eterno
Que con su don más fraterno
Te prodigue mil auroras,
Y des calor a mis horas
DE TU  HOGUERA EN  EL INVIERNO.

                             II

Me puedo morir mañana
Más contento no me iría
si no pruebo la ambrosía
De esos tus labios de grana.
Por ser mujer tan galana
Prodigas fulgor alterno
Y destierras todo averno
De nuestro amor puro y santo,
Que me impregno de tu encanto
AL NO HABER CANDOR MÁS TIERNO.

                              IV

Es más que nada tormento
Estar muy cerca y no verte
Mi desamparo es tan fuerte
Que me agobia el sufrimiento.
Vivo un cruel padecimiento
Que hasta pierdo mi entereza
Y sólo tu sutileza
Me da una euforia especial,
Y con tu fuego  total
ME DAS CÁLIDA TIBIEZA.

En mi  descanso te sueño
Si estoy despierto te extraño
Un segundo es más de un año
Al  evocarte en mi ensueño.
Porque revives mi empeño
No me agobia la tristeza
Siento en mi alma la grandeza
Y florece mi destino,
Y al ser luz en mi camino
¡CONTIGO MI VIDA EMPIEZA!