Por mi salud quebrantada
la soledad me atormenta
sí recuerdo tu mirada
mi espíritu se contenta.

Ni mi lecho de hospital
ha logrado que te olvide
mi ser entero te pide
tu belleza angelical.
Ya no hay prueba en especial
la verdad es confirmada
te adoro mujer amada
al darme rumbo perfecto,
eres bálsamo de afecto
por mi salud quebrantada.
II
Cuando me encuentro dormido
me haces ver mil maravillas
que te beso las mejillas
con cariño desprendido.
De tus manos bien cogido
el tiempo por nada cuenta
tu figura más me tienta
al ser perfume de flor,
pero en horas de dolor
la soledad me atormenta.
III
Te imagino muy sonriente
por las calles caminando
a mi lado disertando
con energía frecuente.
Al mirarte frente a frente
acariciando abrazada
musito – mi dulce amada –
siendo mío tu candor,
vuelve el fuego a mi interior
sí recuerdo tu mirada.
IV
Adornada de matices
desfilas bella en mi mente
que hasta veo claramente
tantos encuentros felices.
No hay cabida a los deslices
pues la unión amor alienta
cada cita más cimenta
el arrullo divinal,
al soñarte por igual
mi espíritu se contenta.
V
Ni la cruel enfermedad
ha podido separarme
al contrario, confirmarme
que te adoro de verdad.
Acepto la realidad
pues no soy correspondido
y aun no siendo comprendido
atiza mi fantasía,
se mi musa en poesía
para siempre te lo pido.

 

 

 

2006 – 10 -07