Tengo al mundo por camino
Y al fiel espacio de  espejo
Con ese diario reflejo
Se ilumina mi destino.
Por mi rumbo cristalino
No  soy ajeno al placer
Y en los brazos de mujer
mi existencia más se afina,
y en tan presencia divina
LE DOY CIELO A MI QUIMERA.

                        II

Los años tocan mi  piel
Con la premura del viento
Felizmente mi talento
Aún perfuma mi vergel.
Por ser atributo fiel
Y el tiempo jamás espera
Llevo en hombros mi bandera
Hasta al lejano confín,
Y si ya  supiera el fin
CON MÁS  PRISA HASTA ESCRIBIERA.

                             IV

Con las bondades terrenas
Le doy fuego a mi ilusión
Y con vasta inspiración
Me protejo de las penas.
No existe en mi alma cadenas
Que me   transforme en inerte
Mi ser con fe se convierte
En remanso de ternura,
Y soy un astro en plena altura
MIENTRAS LUZ MI ENTRAÑA VIERTE.

No he tratado ser eterno
Se que la vida se acaba
Soy por eso el que hasta alaba
El cruel  frío del invierno.
Quien conmigo no es fraterno
Lo espero  a que se  despierte
Y al no ser nadie tan fuerte
Como lo es mi poesía,
 a DIOS le agradecería
¡SI SE ANUNCIARA  MI MUERTE!