Al ser tú voz dulce trino
Que mi espíritu valora
Es cual un canto divino
¡QUE EMBELLECE HASTA LA AURORA!
Es el arpegio melódico
Que no tiene el pentagrama
Y que un cariño reclama
En panorama sinfónico.
No hay un momento lacónico
Pues le hace el bajo al destino
y da un norte cristalino
que me llena de placer,
Y es armonía en mi ser
AL SER TU VOZ DULCE TRINO.
II
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Cuando te oigo muy lejana
Mi nostalgia se acrecienta
Y es que tenerte me alienta
Por princesa soberana.
Tu presencia me engalana
Al instante y sin demora
Y a mi vida das la hora
Con un tono deslumbrante,
Y como será de vibrante
¡QUE EMBELLECE HASTA LA AURORA!
V
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Si te escucho me estremeces
Que me embriaga el corazón
Y es vibrar de un diapasón
Que a mi entraña la enterneces.
A mi ruta la engrandeces
Al ser cual ave canora
Es que soy quien te atesora
Como el agua en el desierto,
Y es cual sonata en concierto
QUE MI ESPÍRITU VALORA.
III
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Es un gorjeo infinito
De matices celestiales
Y me genera caudales
Que a los cielos solicito.
Tu presencia marca un hito
De imponente trasparencia
Y se divisa la esencia
Que a mi ser le pone calma,
Y sin música soy alma
QUE PADECE POR TU AUSENCIA.
VI
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Es cual gemido sutil
Que aviva mi creación
Y al tener inspiración
Se agiganta mi perfil.
Me convierto en un alfil
Por un sendero genuino
Y me heredas un camino
Con la más grata valía,
Y al sentir melancolía
ES CUAL UN CANTO DIVINO.
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Es de alados pasajeros
Un piar enternecido
Cuyo eco es el latido
De recitales sinceros.
Al ser trovos placenteros
Traen su aureola de ayer
E inventando amanecer
Es derroche de ambrosia,
Y es la dulce melodía
¡QUE SIEMPRE NIEGAS MUJER!
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2013-04-19
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