En la magia de tu encanto
se acrecienta mi sosiego
al borrarse mi quebranto
cuando en tus brazos me entrego.
No eres tan solo mujer
la que colmas mis anhelos
al brindarme tus consuelos
hay algo más en tu ser.
Traes la brisa de ayer
con el más cálido manto
el paraje puro y santo
donde a diario me confronto,
por eso me envuelvo pronto
en la magia de tu encanto.
II
Eres cual Virgen María
a quien brindo una oración
cual divina sensación
donde surge mi alegría.
La entereza más bravía
que a mis años pone fuego
llovizna que da su riego
si el estiaje es mi castigo,
por eso al estar contigo
se acrecienta mi sosiego.
III
Cuando sólo había una opción
entre la vida y la muerte
estuviste por mi suerte
apoyando a mi elección.
Me infundiste la emoción
de lo que es vivir sin llanto
a luchar con fe de canto
para cumplir todo sueño,
alimentaste mi empeño
al borrarse mi quebranto.
IV
En tanto lejos de ti
mi existencia no concibo
a mis años das motivo
que tan sólo pienso en ti.
Es que todo lo aprendí
desde que a tu diestra llego
por tanto es que no lo niego
tu afecto a mi alma la llena,
teniendo la paz serena
cuando en tus brazos me entrego.
V
No quiero más de la vida
con tal de pasarla unidos
y con todos mis sentidos
para adorarte querida.
Al ser la estrella encendida
que me alumbra en madrugada
compañera idolatrada
donde luz me das también,
por darme un solaz edén
eres mi luna encantada.