A mi diaria soledad
Acabaste en un segundo
Y me interesaba el mundo
Al gozar de tu amistad.
Al saber de tu bondad
Y con la fe ya perdida
A mi entraña adolorida
Me brindaste fiel matiz,
Y me sentí muy feliz
AL DARME TU SER CABIDA.

                    II

Después todo fue sosiego
Completándose mi dicha
Pero llegó la desdicha
Y apagó el hermoso fuego.
No valió de nada el ruego
Ni tampoco el suplicarte
Pero ya formabas parte
De lo que mucho sentí,
Y ese día comprendí
SOLO A TI  PODRÍA AMARTE.

Desde  grata  vez primera
En que pude conocerte
Fui aprendiendo así a  quererte
Por tu inmensa calidez.
Me brindaste placidez
No más con sólo estrecharte
Y al poder acariciarte
Me diste mucha alegría,
Y enamorarme podría
SUPE SIEMPRE AL ABRAZARTE.

Si a volver tu te animases
Lloraría de emoción
Es que mala sensación
No dejaría que pases.
Tu sentarías las bases
De una ruta desprendida
Y ante la unión consentida
Cumpliré lo que persigo,
Y viviría contigo
¡POR EL RESTO DE MI VIDA!