La poesía me ofrece
Un bello atril de ventura
En esa edénica altura
Toda sapiencia florece.
Desde que el día amanece
Se vive siempre en la cima
Se motiva la autoestima
con espiritual grandeza,
se crea sutil belleza
DESDE EL ALTAR DE MI RIMA.

                       II

El que tiene una vivienda
Se muere por tener dos
Incluso le reza a DIOS
Para que le abra una tienda.
Está al frente en la contienda
Y al potentado se arrima
Al que más tiene lo mima
Si no a la fuerza consigue,
Mientras la vida prosigue
VEO AL HOMBRE SIN  ESTIMA.

                    IV

Se divisa de mi escaño
Un ambiente no fraterno
Que sin ser el mismo infierno
Es rutina todo el año.
El más grande con engaño
Como anhela ser potencia
Así sea una incongruencia
Hasta amoroso se pone,
Y no importa desentone
DONDE ES DIVINA LA ESENCIA.

Desde el corpus de mi verso
Donde el afecto es profundo
Tras el dominio del mundo
Veo al ser del universo.
En ser rico para inmerso
Aunque no tenga eficiencia
Es su vida la tenencia
Y  todo lo que sea afín,
Hasta que le llega el fin
¡CONSUMIDO EN LA VIOLENCIA!