La presencia terrenal
De JESÚS inmaculado
Es un acto consagrado
Por su aureola espiritual.
Es mensaje divinal
De la más sutil unión
Y con fe en el corazón
Es un nacer imborrable,
Y hoy se torna inmarchitable
AL DAR SANTA BENDICIÓN.

II

Que un solaz emprendimiento
Simbolice noble fecha
Y sin la aureola desecha
Se motive entendimiento.
Que despierte el sentimiento
Con infinita humildad
Y viva la sociedad
En vías de proyección,
Y consolide la unión
¡LA FIESTA DE NAVIDAD!

V

Es homenaje a la vida
Con el más sutil afecto
Y cual si fuera un dialecto
Recuperar fe perdida.
Ideales consolida
En honor a la bondad
Y en memoria a la verdad
Le da sentido a la esencia,
Y no exista la violencia
A TODA LA HUMANIDAD.

III

Que incite recogimiento
Y una ayuda planetaria
Y de forma solidaria
Sea claro el pensamiento.
Que la palabra de aliento
Origine resplandor
Y tras un mutuo esplendor
Se comparta la ambrosía,
Y el hombre irradie armonía
DE SU FUENTE DEL AMOR.

VI

Es el espacio preciso
Para crear energía
Y en aras de fiel valía
Dejar el paso indeciso.
Actuar con verbo conciso
Junto a la meditación
Y a través de la oración
Ir por senda soberana,
Y al dar consuelo a la entraña
QUE LLAME A LA REFLEXIÓN

Que no refleje riqueza
Si no entrega y compasión
Y se eternice el perdón
En su máxima grandeza.
Se denote fiel realeza
En un ámbito solaz
y el horizonte feraz
irradie un albor fecundo,
y en los hermanos del mundo
¡SE RINDA CULTO A LA PAZ!