LA SIRENA MISTERIOSA

A  las orillas del lago
recitaba la sirena
en su verso en vez de halago
contaba su triste pena.

Quedó prendado al mirarla
en faz acuosa el doncel
y le nació a flor de piel
el afán de conquistarla.
Cuando quiso acariciarla
su cuerpo le causó estrago
tornando el momento aciago
cuando el idilio crecía,
por eso hay melancolía
a las orillas del lago.
II
La fabulosa mujer
al estar enamorada
por sentirse abandonada
sufría al anochecer.
Expresaba por doquier
“yo ansío vivir serena
pero tu falta es condena
que se apaga mi candil”
con su nostalgia sutil
recitaba la sirena.
III
Vuelve pronto amado mío
que yo soy capaz de todo
para quererte a mi modo
hasta en épocas de estío.
Si acaso el fervor impío
te produjera mal pago
un juramento yo te hago
a cambio seré tu guía”
un gran dolor trasmitía
en su verso en vez de halago.
IV
Solo en las noches de luna
sentada sobre un islote
permitía que se note
su fiel silueta oportuna.
como una canción de cuna
cerca a la estancia morena
con el viento hacía cadena
y evocaba su quebranto,
entre voz muy cerca al llanto
contaba su triste pena.
V
Apenas el sol caía
como por obra de encanto
sobre el acuífero manto
de improviso aparecía.
Entre lágrimas gemía
y exclamaba muy feraz
“dame un espacio solaz
en tu fuente del amor
que si tengo tu calor
ya podré dormir en paz”
VI
Una noche no salió
estaba el lugar desierto
se contó que había muerto
porque su ángel la dejó.
Más el tiempo al fin pasó
pero se narra en verdad
que si hay plena oscuridad
el eco en su voz sugiere,
“ al ser yo la que te quiere
te espero en la eternidad”

2012-01-10

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *